La Refinería Dominicana de Petróleo en su contexto histórico

La Refinería Dominicana de Petróleo en su contexto histórico

Ahora que está en el debate público la venta de las acciones de la SHELL en la Refinería es oportuno resumir algunas ideas acerca   del sector de los combustibles en la economía dominicana el cual debe efectuarse teniendo en cuenta la Refinería Dominicana de Petróleo,   principal empresa importadora del país de combustibles y la principal refinadora de crudo.

Su peso es muy importante en la economía   si tenemos en cuenta el capital circulante que mueve   , así como su papel en la venta de combustibles, ya que controla el 100% de la venta de las gasolinas, Mas del 90 % del combustibles para aviones y un considerable porcentaje de la venta del gasoil, el fuel oil y del GLP. En otros términos, en los hechos, una parte significativa de la   economía del país, depende en gran medida del manejo de esta empresa.

La historia de su instalación en el país data de finales de los años 60 cuando gobernada con mano de hierro el fenecido autócrata Joaquin Balaguer. En esos años, la distribución de hidrocarburos era realizada por las empresas, Esso, Texaco, Shell y Sinclair,  quienes importaban combustible desde las antillas holandesas y los Estados Unidos y descargaban en el puerto de Sans Soucci en la Capital de la República donde estas compañías tenían instaladas sus tanques de almacenamiento.

Entonces, el Estado dominicano llamó a una licitación internacional. Inicialmente el gobierno sugirió que las empresas importadoras  debían compartir un 50% de las acciones de la nueva entidad. Sin embargo, por razones hasta ahora  desconocidas para el gran público, al final, sólo la Shell invirtió  reservándose el 50% de las acciones destinadas al capital privado. Un contrato de gerencia, especificado en los Estatutos de la nueva compañía formada, le daba todo el poder al capital privado manteniendo el Estado la Presidencia de la empresa dentro de un Consejo de Administración de 8 miembros, cuatro el sector privado y cuatro la Shell.  Este contrato fue aprobado por el Congreso Nacional el 7 de noviembre de 1969 y permanece vigente hasta ahora.

La construcción de la Refinería terminó en 1972 y a finales de ese año comenzaron las operaciones comerciales.

La Refinería produce refinados con un crudo que es transportado desde una terminal situada en Nizao a través de un oleoducto que recorre 25 kilómetros. El crudo es almacenado en tres tanques con una capacidad total de 888.000 barriles.  

La capacidad total de producción de la  Refinería fue desde sus inicios de 30,000 barriles diarios, capacidad que se mantiene hasta el dia de hoy. Inicialmente, esa producción  era suficiente para satisfacer los requerimientos del mercado dominicano. Sin embargo, en la medida que la demanda iba en expansión, consecuencia del crecimiento de la economía dominicana, a la Refinería le fue imposible satisfacer esos requerimientos y tuvo que comenzar a importar productos terminados, hasta el  punto de que se invirtió totalmente la relación producción importación convirtiéndose la empresa en una terminal de combustibles terminados como actividad principal.

Las informaciones técnicas disponibles señalan que el país tiene disponibilidad de combustibles en condiciones normales a lo sumo para 21 días. Esto quiere decir que ante acontecimientos imprevistos (siniestros, problemas políticos en los países que nos abastecen, etc) el país puede quedar prácticamente paralizado a partir de tres semanas. La causa directa de esa situación es de tipo técnica: la capacidad de almacenamiento de la Refinería, de las estaciones de gasolina y de otras compañías es limitada, por lo que no pueden absorber más del combustible que pueden almacenar. Sin embargo, el cálculo de los 21 días es  teórico ya de hecho en caso de crisis de suministro esos días se pueden reducir a una semana, puesto que el consumo aumenta por de la desesperación de los usuarios.

Actualmente sobre el futuro de la Refinería, a propósito de la venta de las acciones de la  Shell, que controla la mitad de las acciones de esta empresa.

La ciudadanía, en consecuencia, debería interesarse en que el gobierno dominicano responda a la interrogante siguiente ¿Estarán los  ciudadanos después que la Shell salga del país, en condiciones de  recibir un abastecimiento normal y de calidad de los combustibles que se necesitan para mantener activa la economía y las demás actividades relacionadas con el uso de los combustibles?. Esta interrogante es de orden hacerla puesto que hasta el momento el gobierno  ha mostrado  silencio sobe el particular. 

Por otro lado,  el debate acerca de si el Estado dominicano debe adquirir las acciones que la SHELL  ofrece en venta adquiere mucha importancia hoy en día. Anteriormente en algunos círculos de América Latina y de nuestro país  se consideraba como de importancia “estratégica” que el Estado controlara determinados medios de producción. La tesis en boga era que el Estado, “por naturaleza” es buen administrador porque representa a “todo el pueblo” en tanto que el sector privado era “ por  naturaleza” mal administrador porque actuaba para beneficiar el interés privado.

En tal virtud, la idea era alentar que determinados sectores, considerados como “estratégicos” debían permanecer en manos del Estado.  Una ola de estatizaciones inundó América Latina en las décadas del 60 y 70 las cuales terminaron en un rotundo fracaso, ya que la ciudadanía no resultó beneficiada con tales estatizaciones, incluyendo el caso de nuestro país que estatizó los bienes industriales y comerciales confiscados a la familia Trujillo y cuyo destino todos conocemos a través de la historia de CORDE, el CEA y la CDE.

Pero, por el lado de las privatizaciones, las experiencias también, por lo esencial, han sido negativas. En el caso concreto de la República Dominicana, la ola de privatizaciones a partir del año 1998 no cumplió con las expectativas que se crearon. El ejemplo de la CDE es altamente ilustrativo: los supuestos beneficios que se iban a lograr, especialmente del lado de la terminación con los subsidios, no se alcanzaron. Por el contrario, hoy los subsidios alcanzan astronómicas sumas de dólares y los apagones continuan. 

En consecuencia, estas tesis no han resistido el embate de la experiencia y del tiempo.

La conclusión  ha sido que la naturaleza de la propiedad, (sea estatal o privada) de antemano no garantiza a los ciudadanos ningún beneficio.  Lo importante es la regulación del sector a través de normas y leyes  concretas que permitan que el nicho llamado “estratégico” pueda cumplir con el rol de beneficiar al usuario a través de disposiciones que aseguren el suministro y alienten la competencia para que la población pueda beneficiarse a precios asequibles.

En el caso concreto de la adquisición por parte del Estado dominicano de las acciones de la SHELL, la pregunta  sería en que beneficiaría dicha adquisición a los ciudadanos.

Actualmente ¿cuál es el valor en libros de Refidomsa  y qué es realmente Refidomsa?. Lo primero es que esta empresa, en los hechos, es una gran terminal, o sea, se ha convertido en una importadora neta de combustibles, siendo su producción de refinados, objetivo para lo cual fue creada en 1969,  minoritaria. Hoy en día, de cada 100 galones de refinados que Refidomsa manda al mercado, 80 son directamente importados.

Peor aún, la vida útil de la Refinería está llegando a su fin, por lo cual, el negocio real de esta empresa es la importación. Las posibilidades de una modificación de la estructura productiva para procesar más crudo por encima de los 30,000 barriles diarios actuales  es imposible.

 En tal sentido, lo que la ciudadanía le gustaría que se le informara es qué valor tiene este negocio, qué perspectivas  tendría el Estado o los grupos privados, en caso de adquirir las acciones de la Shell,  de manejar el negocio de forma que quede claramente establecido que el abastecimiento de combustibles para el consumo industrial y doméstico esté garantizado.

Al tomar el Estado el control total de las acciones de la SHELL las condiciones estarían dadas para que el clientelismo partidario tome el control de  la empresa y centenares de compañeros de la base abarroten  la empresa que desde hace tiempo se  maneja con 110 empleados altamente tecnificados.

El destino de la Refinería puede, pues, tomar la ruta que antes tomaron el CEA, CORDE y CORDE. Hoy reducidos a tres esqueletos por la acción clientelista del Estado a través de gobiernos irresponsables.

Zoom

Valor y rentabilidad
A.
 Determinar.  El valor de las acciones de la Refinería debe analizarse en función del grado de rentabilidad de la empresa. Las informaciones recogidas señalan que anualmente los beneficios brutos de la empresa oscilan entre 20 y 23 millones de dólares anuales. Además, esta empresa controla absolutamente la importación de las gasolinas, el avtur, el 80% del gasoil o el fuel oil y una parte importante del GLP. 

A pesar de que actualmente la ley de hidrocarburos permite la libre importación de refinados y crudo, debido a las grandes inversiones que hay que hacer para establecer una infraestructura de recepción (tanques de almacenamiento, por ejemplo) nadie se ha atrevido a invertir en este sector debido al alto costo y a que la rentabilidad se alcanzaría a muy largo plazo. Por el contrario, la Refinería tiene sus instalaciones, su infraestructura establecida ya amortizada, no debe un centavo a nadie por lo que todo es ganancia para decirlo con palabras llanas.

La cifra

30,000 barriles diarios.  Es la capacidad de producción que tiene la Refinería desde su construcción, sin que se haya adaptado a la demanda.

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