La reforestación

La reforestación

VÍCTOR VGULÍAS
Quienes amamos nuestro país, defendemos el terruño y queremos lo mejor para las presentes y futuras generaciones, tenemos que saludar, entusiasmados, el programa de reforestación anunciado el pasado primero de octubre en Monte Plata por el presidente Leonel Fernández.

Nada es más importante, en términos de garantizar la supervivencia de la nación, como repoblar de árboles las zonas devastadas por la mano del hombre, unos por ignorancia, otros por mercurialismo y otros por sobrevivir. Muy cerca tenemos un dramático ejemplo de lo que significa la deforestación y los grandes males que ella acarrea: el vecino Haití.

El presidente Fernández anunció un plan de reforestación mediante el cual serán sembrados 30 millones de árboles, conforme reportes de prensa. Dichos árboles ocuparán 300 mil tareas en diferentes partes de la geografía nacional, con el objetivo de rescatar el equilibrio ecológico del país.

Hemos recibido con mucha alegría el anuncio presidencial y desde ya invitamos a todos los sectores de la sociedad, clubes, escuelas y colegios, empresas, Fuerzas Armadas y Policía Nacional, en fin, todas las fuerzas vivas del país, a integrarse con cuerpo y alma a los planes gubernamentales en pro de la foresta nacional.

Y es que, a veces, los cotidianos problemas de la existencia, nos hacen olvidar asuntos tan fundamentales, tan prioritarios y de tanta importancia como lo es la reforestación. A nadie escapa la importante y vital urgencia que tenemos de poner freno a la deforestación así como los beneficios que producen al país y al mundo, contar con grandes zonas pobladas de árboles, con buena biodiversidad, equilibrio ecológico y ambiente limpio.

Tenemos, repito, que mirarnos en el espejo de la realidad haitiana, donde fue arrasada la zona boscosa y, a la vez, la capa vegetal, provocando hambre, desequilibrio medio-ambiental, penurias, falta de producción agrícola, escasez de agua y otros males colaterales. Los dominicanos, especialmente en las zonas fronterizas, padecemos las inclemencias de depredadores, nativos y extranjeros, y a todo ello hay que ponerle fin.

Si el país, en los próximos cuatro años, logra sembrar los 30 millones de árboles que se propone sembrar el gobierno del doctor Fernández, estaremos aportando soluciones de fondo, a mediano y largo plazo, para uno de los peores males que amenaza la vida misma sobre el planeta: el corte indiscriminado de árboles, la destrucción de los bosques, con todo lo que eso trae.

Resalta el interés de la administración por reforestar las principales cuencas hidrográficas, como la de los ríos Jánico, Yásica, Maimón, Sonador, Cevicos, Ocoa, Ozama, Artibonito, Yaque del Norte, Las Cuevas, entre otros. Esos ríos nutren las presas y represas, llenan nuestros acueductos, irrigan millares de tareas y dan vida, vida y existencia, a millones de hijos de esta tierra. Apoyemos, pues, con vigor, ese gran programa de reforestación que, como lo advirtió el Presidente, es sin duda un gran reto de su gobierno y de todo el país.

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