La reforma es meta obligada

La reforma es meta obligada

Efectivamente, y «cueste lo que cueste», debe penetrarse en el funcionamiento de la Policía hasta llegar a los puntos de partida de las inducciones a actuar brutalmente con subordinación de tropas a órdenes superiores y tendencia a matar sin protocolos. La meta es evitar víctimas inocentes.

El método escogido para proceder es apropiado y reúne en comisión capacidades para trazar camino hacia la profesionalidad y el respeto a los derechos humanos.

La Policía necesita una redefinición de roles inspirada en criterios éticos, legales y técnicos que pueden muy bien ser puestos en primer plano por la junta que al efecto ha sido conformada.

Nació en cuna cuartelaria y es evidente que, aun contando con oficiales académicos y clases distanciados de los esquemas de arbitrariedad de una dictadura, en la PN quedan alineaciones y compulsiones del pretérito influyendo en actuaciones.

En mayor medida incluso que en los cuerpos armados de la República cuyos mandos posteriores a Trujillo, al Balaguerismo y a la guerra de 1965, han procurado la apoliticidad no deliberante que reduce conflictos con la colectividad.

Poniendo énfasis en la capacitación para servir a la nación y contribuir a la convivencia. No cabe duda de que los policías, obligados a proteger ciudadanos y combatir el crimen, pueden ser llevados a la calidad de desempeño que se necesita aprovechando la actual parte valiosa de sus filas.

Vacunas para «afueriados»

Así como las grandes firmas farmacéuticas del mundo se han propuesto adecuar pronto las vacunas anti SARS-CoV-2 para niños, República Dominicana debe ampliar los alcances de su inmunización para que no queden fuera los impedidos por causas motoras de salir de sus hogares hacia centros de inoculación.

Además, la protección inmunológica no debe demorarse en incluir a extranjeros de la periferia social sabiéndose que solo una elevada proporción de vacunados garantizaría algún control sobre contagios.

La Organización Panamericana de la Salud considera gran desafío reducir excepciones al administrar dosis contra un virus que no cesaría de circular por mucho tiempo. Ante el cual lo que vale es dar capacidad al organismo para resistirlo sin las peores consecuencias. Llevar la vulnerabilidad colectiva a una mínima expresión.

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