El presidente Danilo Medina ha aceptado involucrarse, recién iniciado su mandato constitucional de 48 meses, en la pendiente enjabonada y peligrosa de una reforma fiscal que tendremos que pagar todos, consecuencia del manejo imprudente de los recursos, empréstitos, nómina estatal hipertrofiada y Presupuesto Complementario de RD$71 mil millones, de los cuales el presidente Leonel Fernández invirtió RD$40 mil millones para aplastar a Hipólito Mejía.

Consecuencia de ese manejo alegre y cuestionable de los recursos públicos y endeudamientos de fines no prioritarios, la deuda externa saltó de US$11,484 millones em 2004 a US$26 mil millones hoy, y esa situación deberá de analizarse y esclarecerse algún día, adobada de cargos responsables.

Con la mesura que le es aliada fiel, el rector de UTESA, doctor Príamo Rodríguez Castillo, expresó el día once de este mes, que el presidente Medina debiera sanear el gasto público antes de adentrarse en la reforma fiscal, y así evitar que nos sacrifiquemos todos, en mayor proporción, los menos pudientes y la clase media, que somos los que más sufrimos los desmanes de los políticos, que tenemos que luego pagar.

Un chapeo bajito, a ras casi de la hipertrofiada burocracia que Leonel Fernández abultó desconsideradamente en más de medio millón, sobrantes la mitad, inclusive el desregulado servicio exterior, plagado de vagos y de multitud de vicecónsules como en Nueva York, Miami y Puerto Rico.

Organismos que no tiene razón de ser como INESPRE, que debe integrarse al Ministerio de Agricultura, como bien el presidente Medina dispuso que PROMESE se integrase a Salud Pública; CORDE que no tiene una empresa en pie; el CEA que debe modificarse para que sea una Sociedad Inmobiliaria; Superintendencia de Bancos y de Seguros, insertarlas en el Banco Central y reducir la mitad de su nómina. Seguiré.