La reforma fiscal, el PLD y el FMI

La reforma fiscal, el PLD y el FMI

Por Ruddy Santana
Pasadas las elecciones, la agenda nacional se ha volcado hacia los complicadísimos problemas económicos que el gobierno de Hipólito Mejía le deja a la  administración del doctor Leonel Fernández a ser inaugurada el próximo 16 de agosto. Dentro de éste contexto, la ejecución de una reforma fiscal con intención de incrementar los recursos percibidos por el estado, vía un aumento de impuestos, ha sido aceptada en amplios círculos como algo imperioso e inevitable, y más aun, como el punto de partida para la solución de la crisis que azota la nación.

Entendemos que esta aproximación a la búsqueda de soluciones a la delicada situación económica que vive el país es fundamentalmente errónea.

     En primer lugar, la teoría y la práctica de la ciencia económica no deja lugar a dudas de que el aumento de impuestos sin medidas compensatorias es una medida contraria al crecimiento y cuya aplicación debe reservarse para períodos de bonanza económica. Los principios económicos no cambian con los cambios de gobierno. Precisamente, el primer error grave del gobierno de Hipólito Mejía fue forzar un aumento de impuestos en medio de una crisis, que a todas luces, era menor que la que enfrenta el país en la actualidad. Ello condujo, por un lado, a la fijación de expectativas negativas que nunca pudieron ser revertidas; y por otro lado, a una caída del producto que fue contrarrestada con un aumento salarial y con un crecimiento desbocado de la deuda externa, en especial con la fatídica emisión de bonos soberanos. Es por ello que de manera correcta se criticó el hecho de que, aunque el incremento de recursos para el estado era necesario, el timing (momento) en que se aplicaba la reforma era malo. Consideramos que el timing de la que se pretende realizar ahora es peor, y que el gobierno del PLD no podrá recurrir ni a un aumento salarial ni al endeudamiento masivo para contrarrestar la contracción del producto que generará. 

     En segundo lugar, consideramos que la razón fundamental por la que se acelera el aumento de impuestos tiene que ver con la convicción de que ello constituye un requerimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) para retomar el programa de estabilización que no pudo llevar a buen termino el gobierno del PRD. Ahora bien, dicho programa no se reduce solo a la reforma fiscal, él contiene otras metas que no pudieron ser cumplidas por el gobierno de Hipólito Mejía, pero que pueden ser fácilmente realizadas por el gobierno del PLD. Mencionamos solo dos: el control y reducción del gasto publico y la aplicación eficiente de las nuevas regulaciones bancarias y de la regulación del mercado de divisas. Por ende, existe un espacio para la negociación con el FMI, a fin de postergar la aplicación de los elementos más recesivos del programa de estabilización.

     Entendemos que dada la extrema «comprensión» que el FMI mostrara hacia el gobierno de Hipólito Mejía, a quien le permitió no pagar el precio político de la reforma fiscal antes de las elecciones a pesar de tener control del congreso, la negociación que referimos mas arriba tiene posibilidades de éxito, ya que ello solo equivale a prolongar tal tratamiento para un gobierno que no tiene control del congreso, que enfrenta la oposición de todo el empresariado y de la población, y que de forzar la reforma corre el riesgo de iniciar su periodo de gobierno con problemas de gobernabilidad que de seguro no animaran la inversión externa ni la vuelta de los capitales que salieron huyéndole a la crisis, prolongando y profundizando así  el deterioro económico que vive el país.  

     La historia económica mundial de los años recientes esta repleta de ejemplos de países que, como ocurrió en el sudeste asiático, perdieron décadas de avance económico al profundizar y prolongar sus crisis económicas por seguir al pie de la letra lo que exigía el FMI, en lugar de negociar con él la aplicación de medidas alternativas. Hoy el mismo FMI reconoce que muchas de sus intervenciones en el pasado hicieron mas daño que bien. Seria lamentable si el PLD no aprende la lección de tales experiencias.

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