Tal parece que el mayor emprendimiento que pudiera hacer un dominicano “clase media” es venderlo todo, gastarse el dinero, cerrar todas sus cuentas bancarias, escapar del sistema tributario y engancharse a “pobre”. Algo así como , de un día para otro convertirse en otro de los “más desposeídos” ; después de quedarse sólo con lo que lleva encima y unas pocas monedas , “darle cotorra” a la que alquila las piezas en el barrio y pedirle que negocie contigo una habitación , que le empezarás a pagar cuando empiecen a caer las ayudas del Estado . Dígase ayuda del Estado, todo lo que comienza con bono, bono-luz, bono-gas, bono-todo.
De modo que , desde cierto punto de visto engancharse a pobre pudiera convertirse en un escape al sistema, que trata y a veces logra sacar a la clase media todo lo que se “gana” , que al final gana poco , sólo sirve de intermediario entre los ricos , el Estado y los pobres … ¿ Cómo así? Sencillo , la clase media bien asalariada empleada de los ricos , llega a casa los 15 , los 25 y los 30 con el pago por el tiempo dedicado a seguir los sueños de los ricos , antes de llegar el dinero a la cuenta ya se han debitado cuchumil impuestos para financiar el sistema que administra el Estado , que permite a los ricos sacar sus dineros fuera del país y eludir el pago de impuestos y luego financiar la vida de “los pobres” , porque el sistema debe ser solidario con los más desposeídos . Y sí el sistema debe ser solidario, pero también debe ser equilibrado, sensato y razonable. Por qué ¿Y si un día la clase media se harta y decide engancharse a pobre? Luego quién financiará al Estado que permite que los ricos paguen menos de lo que deben y que los pobres no paguen porque no pueden… El sistema se cae ¿verdad? No hay que ser Newton para saberlo.
Por tanto, muy a mi pesar y por primera vez, estoy de acuerdo con Hipólito Mejía, cuando dice que se grave más el alcohol, el tabaco y los juegos de azar. Estoy de acuerdo en que la reforma fiscal la cargue el vicio; esto quiere decir más impuestos al “Romo”, al cigarrillo, a las loterías y a los casinos, todo lo que sea vicio. Si los genios del gobierno se enfocan en gravar los vicios, pueden ocurrir dos cosas y ambas son buenas: 1. El consumidor de los vicios que pueda pagar seguirá consumiendo, y por lo tanto el Estado recaudará más. 2. El consumidor de los vicios que no pueda pagar dejará de consumir, entonces el Estado tendrá ciudadanos más saludables y el gasto sanitario será menor en el caso del alcohol y el cigarrillo; y en el caso de los juegos de azar, veremos la delincuencia disminuir y tendremos ciudadanos más educados y productivos, si ese ahorro sanitario lo destinamos a la cultura, al deporte y al estímulo de creación de empresas y generación de empleo juvenil.