Las presiones sobre el Presidente Barack Obama para que impulse una reforma migratoria en Estados Unidos, han aumentado en los últimos días, cuando líderes y legisladores pro derechos civiles de inmigrantes ilegales realizaron multitudinarias concentraciones en distintos estados de la Unión Americana.

Washington fue escenario de una gigantesca manifestación, donde dirigentes como el hispano Luis Gutiérrez, consideran legitima la promulgación de una legislación que conceda amnistía a los mas de 11 millones de inmigrantes que, según estimaciones recientes, sobreviven entre los 300 millones de habitantes de Estados Unidos.

Las presiones han aumentado por dos razones: primero, porque Obama prometió consistentemente durante su campaña el impulso de una reforma que modificara el status de los indocumentados y, segundo, debido a la resonante victoria obtenida por el mandatario con la histórica reforma al sistema de salud.

Es un hecho que todos los inmigrantes ilegales han quedado excluidos del nuevo régimen de salud, lo que, ante la imposibilidad de negarle asistencia médica a los indocumentados, obliga a la aplicación de alternativas marginales, no contempladas en la ley, para atender a los enfermos.

Una reforma migratoria beneficiaria directamente a países como los de Centroamérica, entre ellos República Dominicana, toda vez que permitiría el acceso de los que lograsen el estatuto de residente a empleos legítimos, al sistema de salud, a la educación pública y universitaria, al financiamiento bancario, a planes de viviendas y otras ventajas colaterales.

En consecuencia, aumentaría el volumen de las multimillonarias remesas, que sostienen a estos países.

Consciente de su responsabilidad, Obama ha exhortado al Congreso a actuar “lo antes posible” a favor de una reforma migratoria. Al respecto, valora una iniciativa de los senadores, el demócrata Charles Schumer y el republicano Lindsay Graham,  que aún debe convertirse en un proyecto de ley.

Para Obama, quien ha visto significativamente aumentada  su popularidad en los últimos meses, la propuesta de los congresistas “es un marco prometedor y bipartidista, que puede y debe ser la base para avanzar”. Se comprometió a “hacer todo lo posible para forjar un consenso bipartidista este año con respecto a este importante asunto”.

En momentos que Estados Unidos se recupera de su peor crisis financiera de los últimos 80 años, que envío el desempleo a sus niveles más altos, la reforma migratoria parece un camino auspicioso para el gobierno y el pueblo estadounidense. Un nuevo reto para Obama.

(El autor es político y diplomático) e-mail: jyeara@hotmail.com