La Reforma Migratoria en el Senado de EE.UU.

La Reforma Migratoria en el Senado de EE.UU.

 ANGEL OSORIO
La reforma migratoria que podría afectar a 11 millones de indocumentados ya está en manos del Senado de Estados Unidos, y podría discutirse en el pleno de ese cuerpo legislativo a fines de este mes de marzo. Aparentemente, lo que se está discutiendo en la cámara alta norteamericana son documentos más flexibles que el aprobado por la Cámara de Representantes en diciembre pasado.

El presidente del Comité Judicial del Senado, Arlen Specter, tiene una propuesta concreta que establería una categoría de visas para trabajadores huéspedes y más fondos para la seguridad fronteriza, sin necesidad de construir exactamente un muro en la frontera con México, como lo demanda el texto aprobado en la cámara baja.

Pero el documento de 305 páginas ya fue calificado de insuficiente por senadores demócratas y republicanos, por diferentes razones.

Specter propone que los indocumentados que han vivido en Estados Unidos desde antes del 4 de enero de 2004 deben recibir un estatus legal de trabajo indefinido, que no es precisamente una amnistía. Sin embargo, los enemigos del proyecto lo calificande “amnistía disfrazada”.

Los indocumentados deben demostrar que han estado trabajando en Estados Unidos con algún tipo de documento oficial, o con el respaldo de algún empleador. Pero también excluye a quienes ya tienen una orden de deportación, historial criminal o vínculos con grupos terroristas y pandillas.

Specter dio que el Senado está a punto “de dar un paso gigantesco”, aunque admitió que su propuesta es sólo “un punto de partida”. El senador quiere enviar su proyecto al pleno de la cámara alta antes del 27 de marzo. Por su parte, los senadores Edward Kennedy, demócrata, y John McCain, republicano, tienen otra propuesta que sugiere legalizar a millones de indocumentados, debido a lo poco realista que resultaría implementar un plan de trabajadores temporales.

El plan Kennedy/McCain propone una permanencia temporal de tres años a ciertos indocumentados, que se extendería tres años más, sin que los beneficiados tengan que salir del país.

Este plan le valió a Kennedy y a McCain un galardón especial de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), por considerar este proyecto de ley más humanitario y beneficioso para los inmigrantes. El plan también cuenta con el apoyo de sindicatos, grupos de derechos civiles y religiosos, e instituciones empresariales. Amplios sectores políticos mexicanos también simpatizan con esta propuesta legislativa.

La senadora demócrata Dianne Feinstein tiene su propio plan, que propone legalizar a 300 mil trabajadores agrícolas por año durante tres años. Esos 900 mil trabajadores podrían solicitar su residencia legal en un período de tres a cinco años.

Otro proyecto, de los senadores republicanos John Cornyn y Jon Kyl, propone que los indocumentados obtengan un estatus temporal de dos años, luego del cual deben regresar a sus países durante un año, y podrían repetir este proceso en tres oportunidades más.

Ningún proyecto, sin embargo, toma en cuenta un amplia amnistía como la que benefició a casi 2.7 millones de indocumentados en 1986. Algunos creen que “amnistía” es una palabra prohibida en el Congreso de Estados Unidos. De hecho, quienes se oponen a la amnistía actual aseguran que la de hace 20 años no resolvió el problema del flujo migratorio ilegal. Datos oficiales indican que 10 años después, en 1996, había siete millones de indocumentados en Estados Unidos, y actualmente la cifra se calcula en once millones.

Con cualquier proyecto que se apruebe, las temidas deportaciones masivas podrían no ocurrir nunca, debido a que se estima que ello tendría un costo de aproximadamente 40 mil millones de dólares. En 2004, Estados Unidos deportó a un millón de indocumentados.

Por otra parte, los defensores de los inmigrantes están enfatizando más que nunca las contribuciones de los indocumentados a la economía de Estados Unidos.

Entre los argumentos más defendidos están el de que los indocumentados hacen trabajos que la gran mayoría de los norteamericanos no quiere hacer, y con salarios que el norteamericano promedio no aceptaría; de que los aportes fiscales de los indocumentados mantiene a flote el sistema del Seguro Social; y el hecho de que los indocumentados, como inmigrantes, aportan aspectos culturales a la sociedad norteamericana.

En noviembre de 2005, el Seguro Social informó que tenía en su poder 519 mil millones de dólares, procedentes de trabajadores cuyo paradero se desconocía.

El debate migratorio en el Senado de Estados Unidos tomará en cuenta el texto aprobado en la Cámara de Representantes, conocido como ley Sensenbrenner, por el nombre de su autor, el congresista republicano James Sensenbrenner. Pero aún después de aprobado un texto senatorial, este tendría que ser conciliado con el de la Cámara.

El texto de Sensenbrenner, cuyo nombre legal es Ley de Protección Fronteriza, de Antiterrorismo y Control de la Inmigración Ilegal, no sólo criminaliza a los indocumentados sino también a quien los ayude, y propone la construcción de un muro fronterizo.

En un encuentro con cancilleres latinoamericanos a mediados de febrero, la secretario norteamericana de Estado, Condoleeza Rice, dijo el gobierno de George W. Bush confía en que nunca se construirá un muro en la frontera con México.( Contacto Magazine)

Publicaciones Relacionadas

Más leídas