La refutación de Hawking por Moreno-Ceballos

La refutación de Hawking por Moreno-Ceballos

JOSÉ BÁEZ GUERRERO
Recibí una carta del ilustre científico y filósofo escocés Dr. Iñigo Montoya, que transcribo íntegramente. Dice Montoya: He leído el ensayo «En el centenario de Einstein, implicaciones filosóficas y epistemológicas de la física relativista y cuántica», por el Dr. Nelson Moreno-Ceballos, presidente de la Academia de Ciencias de República Dominicana. 

El distinguido psiquiatra y sociólogo plantea varias interrogantes sobre la naturaleza de la investigación científica y el conocimiento que resulta; se rinde ante la belleza filosófica del pensamiento de Einstein; y, asombrosamente, dice que «son varias las razones por las cuales no es lógicamente admisible la idea de un tiempo en retroceso», para refutar al científico Stephen Hawking, quien ha postulado que las leyes de la física no distinguen entre las direcciones hacia delante ni hacia atrás en el tiempo.

 Hawking, el brillante físico británico nacido en 1942,  paralítico hace décadas por esclerosis lateral amiotrópica, una enfermedad neuronal, es el autor de «Una breve historia del tiempo» y otras obras. Mi asombro es porque Moreno-Ceballos asume que la posibilidad explicada por Hawking, de que el tiempo pueda operar en reversa, afectaría a todo excepto la mente humana y su capacidad de percibir la realidad, cuando toda la humanidad como parte de la creación sería parte del mismo fenómeno. ¿Sería ilógico que dos tiempos co-existan? Según Einstein, no. Hawking no plantea que un vaso roto se reconstruya a nuestra vista, sino que, carentes del dato sobre su entereza, veamos su integración como un acto nuevo y único. Que el tiempo «corra hacia atrás» no significa que nazcamos ancianos y muramos la muerte gozosa que sería el momento de la concepción. Pero no quiero ahora discutir la relatividad, las relaciones tiempo-espaciales ni la hasta ahora inexplicable brecha entre la física de dimensiones galácticas y la mecánica cuántica de partículas sub-atómicas.

 Quiero comentar cómo, en la disertación epistemológica de Moreno-Ceballos, cuyo asunto aparente es refutar a Hawking, se replantea sin referirla la antiquísma contradicción entre Aristóteles y Platón.

Cuatro siglos antes de Cristo, Platón creyó que los sentidos son imperfectos y deficientes, ergo lo que percibimos o sentimos no es más que una sombra o reflejo de alguna idea perfecta y autónoma, un arquetipo, que existe independientemente de nuestras imperfectas percepciones. Influido por Pitágoras, quien fue de los primeros en sostener que la estructura del universo es aritmética y geométrica, Platón planteó el modelo, de características perfectas, de la belleza. La razón y el entendimiento nos acercan a esas ideas perfectas, dice Platón, y los sentidos son engañosos. Su discípulo Aristóteles contradijo esta apreciación, postulando que la ciencia sólo puede fundamentarse en aquello que es observable. Este pensamiento condujo a sistematizar las categorías del conocimiento. Es esplendente que, mientras las teorías de Aristóteles constituyen el fundamento de toda la ciencia, las ideas de Platón sobre la belleza, armonía y el arquetipo (que Platón quizás conoció en Egipto), todavía hoy constituyen la base de casi toda explicación sobre estética.

En China fue distinto. Los orientales asumieron que todos los fenómenos responden a manifestaciones del «Dao», la manera de la naturaleza. El «Dao» no es una realidad separada o distinta a la que podemos percibir mediante los sentidos, sino que es la idea concreta de los patrones o procesos de la naturaleza misma. La naturaleza actúa de una manera armoniosa, independiente de la voluntad humana, y el ideal humano es actuar o integrarse a ese fluir del todo, entendiéndolo e integrándose al mismo. Ello implica una reducción o limitación de la humanidad a ser apenas un elemento más de la creación, mientras en Occidente se coloca al hombre por encima de los fenómenos naturales, ya sea como observador o como maestro de su destino, según sus religiones, mitos o creencias super-naturales.

Cada cosmovisión (palabra castellana derivada del alemán «weltanschauung» que significa «manera de ver e interpretar el mundo»), explica  entre otras cosillas  la diferencia entre los conceptos de la belleza en China y Europa. Curiosamente, ideas tan viejas están detrás de algo tan nuevo como la refutación de Hawking que intenta Moreno-Ceballos.

Pese a mi desacuerdo con el académico dominicano, es reconfortante ver que en Santo Domingo alguna gente ejercita la mollera.

j.baez@codetel.net.do

Publicaciones Relacionadas