Según estudios, la combinación de tres elementos es atractiva para el ojo del humano; al parecer nuestro cerebro crea patrones a partir de composiciones impares y hoy eso se conoce como la “regla de tres”. Y esta es de gran ayuda a la hora de decorar, pues facilita organizar colores, piezas decorativas y mobiliario.
Empecemos con que no es muy complicado, eso de trabajar con una clave de solo tres nos hace sencillo resolver algún rincón cuando no hay manos demasiado expertas.
Pensemos en el equilibrio, aunque la balanza tenga solo dos lados, ese equilibrio visual lo logramos con los impares haciendo funcionar mezclas. Con los colores es mejor trabajar con las paletas, pues debemos escoger combinaciones cromáticas que van bien entre sí, aunque se quiera lograr contrastes.
Actualmente parece que se necesita un título de la Nasa para disponer de una mesa de centro como la vemos en las revistas, pero aplicando la regla de tres se facilita pensar en un jarrón con flores, un libro y una vela aromática. Igual puede ser una bandeja, una escultura y un difusor. Es cuestión de dinamizar las composiciones.
También funciona al trabajar con elementos iguales como cuadros y espejos, que trabajan muy bien juntos. Puedes colgarlos de manera vertical u horizontal. En el caso de tener más espacio, la regla puede llevarse a otro múltiplo permaneciendo impar.
Lámparas colgantes van muy bien a tres en distintas alturas, los jarrones y elementos decorativos como maceteros, terrarios y hasta los cojines, también.
En ese rincón olvidado prueba con una butaca para leer, una mesita y un otomán y de seguro que no fallas. Un sofá y dos butacas para romper con la monotonía de un juego completo igual.
Intenta equilibrar elementos de materiales diferentes, una bandeja en madera con una pieza metálica y un florero en cristal. Las mesas auxiliares también están llegando de tres en distintos tamaños o alturas dejando ver que la regla de tres está de última.