La rehabilitación de viviendas, negocio de futuro

La rehabilitación de viviendas, negocio de futuro

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Para que la rehabilitación tome auge lo más pronto posible, como es menester, el Gobierno y el Ayuntamiento deben extender su ayuda a quienes se interesen en esa actividad, sobre todo aquellas rehabilitaciones que alcancen valores de más de quinientos mil pesos, suma módica si se tiene en cuenta la inflación que azota toda América. Esta ayuda podría hacerse vía la Oficina de Patrimonio Cultural, el Invi, o la Oisoe, a intereses blandos. También el gobierno podría darle aportes debidamente controlados a aquellos propietarios, cuyos ingresos salariales sean los más mínimos, lo cual debería de ser a manera de donativos, que podrían alcanzar hasta un diez o veinte por ciento del monto de la rehabilitación que se proponen realizar.
Hay que comprender bien la necesidad de buscar una solución aceptable al problema de la vivienda en las principales ciudades del país, porque aproximadamente el 70% de los habitantes de las mismas viven en barracas o son ocupantes ilegales de la tierra y esto no es solo en República Dominicana; en el mundo, millones de personas, cerca de una cuarta parte de la población mundial, no poseen dónde vivir o las que tienen no pueden recibir el nombre de tal. Muchos ciudadanos en diversos países del globo viven en la calle. En nuestro país hay personas que viven hasta en los cementerios, si nos damos un paseo nocturno por Santo Domingo, Santiago, La Vega, para dar ejemplos solamente, nos permitirá descubrir la cantidad de gente que pernocta debajo de los puentes Duarte, Sánchez, Mella y Haina, en las aceras, parques y zaguanes.
A pesar de los planes de viviendas sociales del actual gobierno, quien ha demostrado una gran preocupación por el tema, la escasez cada día se hace más notable, y el problema parece que no va a poderse resolver nunca, a pesar de la ayuda y las subvenciones a nivel del campo y las ciudades.

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