«La reina de África» recupera el espíritu de Bogart y volverá a navegar

«La reina de África» recupera el espíritu de Bogart y volverá a navegar

Miami, (EEUU),  (EFE).- La más legendaria barcaza en la historia del cine, la desvencijada «Reina de África», ha recuperado el espíritu indómito de Humphrey Bogart y Katharine Hepburn y volverá a navegar, una vez que sea restaurada para su propietario en Cayo Largo (extremo sur de Florida).

El renqueante barco a vapor de construcción británica que se convirtió en coprotagonista junto a Bogart y Hepburn de la película «La reina de África» (1951) ha permanecido en dique seco durante diez años, en mal estado, expuesto a los amantes del cine y los turistas en un muelle cercano a un hotel de Cayo Hueso.

Ahora, su propietario, Jim Hendricks, quiere que esta embarcación de 8,5 metros de eslora recupere su gloria pasada con una ruta para los nostálgicos aficionados al cine en la que la jungla africana y las peligrosas tropas alemanas sólo existirán en la imaginación de quienes conocen la película.

Recientemente, Hendricks, hijo del propietario de la mítica barcaza, que murió en 2002, anunció que su propósito era mandar restaurar «La reina de África» para que navegue de nuevo, ahora en apacibles viajes de recreo por la zona de los cayos.

 «Cuando reparemos y pintemos el barco y lo botemos de nuevo, lo vamos a celebrar con una gran fiesta», dijo a Efe entusiasmado Lance Holmquist, empresario del sector del turismo, que ha firmado un contrato de alquiler por diez años con Hendricks.

Propietario de una compañía de veleros turísticos, Holmquist se halla metido de lleno en estos momentos en la reparación y restauración de la embarcación, a la que quiere devolver de forma fidedigna todo su antiguo esplendor cinematográfico.

«Hacia febrero o marzo tendremos reparado el barco a vapor y ofreceremos rutas de unas cuantas horas» por esta zona, agregó el empresario, que organiza viajes temáticos en velero por los Cayos de Florida. Hendrick, por su parte, no oculta a los medios que uno de sus mayores deseos es «ver la reacción de la gente cuando este pequeño barco de vapor arranque de nuevo y se escuche el viejo ruido» de su motor.

Fue el padre de Hendricks quien adquirió en 1982 por 62.000 dólares «La reina de África», cuyo nombre original era «Livingstone», hasta que fue cambiado por el director de la cinta, John Houston, y por su productor, Sam Spiegel, cuando compraron la embarcación en 1950. «El barco recuperará sus voces pasadas cuando el silbato suene de nuevo.

Eso significa mucho», subrayó Hendrick, propietario también de un hotel en los Cayos. El «Livingstone» fue construido en Gran Bretaña en 1912 y prestaba servicios a la Compañía Ferroviaria británica del África Oriental mediante el traslado de cargamento y de pasajeros a Uganda y el Congo belga.

Cuando el cineasta estadounidense y su productor recorrían Uganda en busca de posibles escenarios para rodar la cinta, basada en la novela homónima de C.S.Forester de 1935, la embarcación ya estaba en mal estado y fuera de uso. Pero el lanzamiento de «La reina de África», la única película por la que Bogart obtuvo el Óscar al que aspiró en tres ocasiones, consagró esta destartalada barcaza de madera a vapor.

Tras la grabación del filme, la embarcación cambió en varias ocasiones de propietario hasta que lo adquirió el padre de Hendricks, quien la colocó finalmente a la vista del público en una marina, fuera del agua, cerca del hotel de su propiedad. En 1992, la embarcación «La reina de África» fue incluida en el registro nacional estadounidense de lugares históricos. «No puedo imaginar un mayor tributo a la memoria de mi padre que devolver su voz a ‘La Reina'», dijo Hendricks al referirse a la potencia con que sonará el silbato del barco. EFE

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