La relación amor y dinero

La relación amor y dinero

“No importa lo que diga, lo que crea o lo que haga,
sin amor estoy en quiebra”.

1º Corintios 13:3

Mucha gente cree que los asuntos de dinero se resuelven con efectivo. En realidad, la prosperidad se relaciona con el amor que te tienes a ti mismo. Básicamente, la prosperidad es un proceso de sanación en el que vas renunciando a ideas limitantes de insuficiencias y carencias, para sustituirlas por ideas nuevas de merecimiento, autovalía y propio amor.

Hay quienes accesan a la prosperidad desde la motivación que procede de un profundo deseo, de darle lo mejor a personas que aman, sobretodo a la madre. Los ejemplos son frecuentes en celebridades del deporte y el arte. Sin embargo, cuando se carece de sano amor por si mismo, también es común el derroche para comprar la aceptación de los demás.

El escritor estadounidense Mark Twain dijo: “Un hombre no puede estar cómodo sin su propia aprobación”. La mayoría de las estrellas, terminan dilapidando la riqueza. Quien no ha aprendido a valorarse y amarse a sí mismo, atraerá personas y experiencias que le hagan sufrir.

La carencia es una invitación para aprender lecciones que aún no aprendes, y el dolor que causan lo muestra. Las circunstancias vividas actúan como un espejo, reflejando lo que sientes por ti. El dolor que cargas es el amor que no entregas.

La prosperidad no se trata de la cantidad de dinero que posees, sino de la consciencia que tienes de él. El dinero es una energía vital creativa que en una persona sana fluye de manera tan natural como la sangre. Dime de dónde vienes y te diré adónde vas, dice un dicho popular. En vez de preguntarte cómo salir de los problemas económicos, es más conveniente averiguar cómo llegaste a ellos.

Una historia cuenta que Mulla Nasrudin estaba paseando con su hijo, cuando vieron un huevo en el suelo. El niño le pregunta:

-Papá, ¿cómo entran los pájaros en el huevo? Mulla, sofocado, responde:

-¡Yo me he estado preguntando toda mi vida cómo salían los pájaros del huevo, ahora tú vienes y me planteas un problema más!

Al no reconocer que eres energía, vives en el paradigma de la escasez y complicas aún más la existencia material. La escasez siempre va vinculada al miedo “a no tener”, “a que no llegue”, “a que se termine”, a que “fracase”, o a que te “haga más mal que bien”.

El alemán Eckhart Tolle, autor del bestseller “El poder del ahora” cree que si la única oración que hicieras en la vida fuera “gracias”, con ella sería suficiente. El amor es gratitud. Detrás de todo dolor, encontrarás ingratitud. De algún modo, llegaste a creer que si eres infeliz, algo o alguien tiene que venir para entregar lo que te hace falta. Esto es una ilusión infantil.

Sentir miedo es un síntoma de la falta de amor. El miedo baja la frecuencia en que vibras, porque atenta o agrede tu esencia. Si no estás vibrando en la frecuencia de tus deseos, les quitas la oportunidad de que puedan manifestarse.

La prosperidad se relaciona con la autoimagen. El dinero no tiene valor real por sí sólo. Sólo tiene el valor que le das. El dinero es una metáfora de cómo te ves y te valoras a ti mismo.

Lo primordial para activar la prosperidad es elevar las vibraciones. ¿Cómo saberlo? Si te da energía, alegría y motivación la vibración es alta, si te preocupa, entristece o atemoriza la vibración es baja.

Al experimentar limitaciones económicas, en vez de enfocar la atención en el dinero, la llamada es a mirar la carencia afectiva que tienes. ¿A quién está representando tu patrimonio? La abundancia material fluye acorde al merecimiento que vas contactando, a medida que reconoces que eres digno de amor.

Amarte no tiene que ver con egoísmo, sino con dejar de poner las expectativas de amor en los demás. En vez de exigir a otros que entreguen el amor que te hace falta, comienzas a dártelo a ti mismo. Mirar la abundancia interior hace que la riqueza exterior se despliegue ante tus ojos, y que tengas el merecimiento que se requiere para disfrutarla.

La comediante norteamericana Lucille Ball dijo: “Ámate a ti mismo primero y todo lo demás vendrá a continuación. Realmente tienes que amarte a ti mismo, para conseguir algo en este mundo”. Créeme, el dinero será el primero que responderá a tu propio amor.