La relación de Mario Vargas Llosa con el Caribe

La relación de Mario Vargas Llosa con el Caribe

El premio Nobel Mario Vargas Llosa ha estado en las últimas seis décadas en el epicentro del sismo creativo y de las ideas políticas del Caribe, con un ejercicio intelectual exitoso. Una relación conflictiva con el Caribe. Apasionante, furiosa, perseguido por una dulce peste caribeña, no por ese mal tramado e incierto ideológico del Fukú americanus, en ¨La maravillosa vida breve de Óscar Wao¨ de Junot Díaz. Una ¨Conversación…¨u ¨Orgía perpetua¨ con el Caribe hispánico¨: Cuba y República Dominicana, navegando entre los dispositivos de la gloria y el infierno, entre los afectos y desafectos del poder de la izquierda y la derecha extrema, como héroe y villano.

De un escritor valorado positivamente por la pequeña burguesía latinoamericana y caribeña, con adscripción de izquierda y progresista, que en obras como ¨Los jefes¨, ¨La ciudad y los perros¨, ¨La Casa Verde¨ y en ¨Conversación con la catedral¨…, aunque, no anuncia ¨la revolución eminente¨ de Trotsky o de Fafa Taveras, ni sus personajes plantean rupturas transformadoras, al menos denuncia el poder, la corruptela, las estructuras militares, la disrupción de las normas y de los mecanismos racionales de las instituciones sociales y desde ese solio se veía como un redentor de nuestros males, una imagen que cambió radicalmente cuando el escritor sacó sus garras de humanista neoliberal más que de un demiurgo sartreano del compromiso social.

La relación con el Caribe se debe a aquellos discursos de protestas a favor de los derechos humanos y la libertad que han modelado una afinidad traumática y polémica. Por ejemplo: ¨El socialismo y los tanques¨ para reprochar el apoyo de Fidel Castro a la invasión soviética a Checoslovaquia, y su adhesión a la denuncia del penoso caso del poeta Herberto Padilla, condenado y redimido, y el intercambio de epístolas ácidas con la directora de “Casa de las Américas” Haydée Santamaría y la inquisición de la intelectualidad progresista de América Latina, juzgando la conducta burguesa de MVL.

La más reciente polémica surge a raíz del artículo:¨Los parias del Caribe¨. Eso de parias, influido tal vez, más que por la labor controversial de su hijo Álvaro Vargas Llosa en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o por la Sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, paradójicamente, es más por la vida arequipeña de Flora Tristán en ¨El Paraíso en la otra esquina¨ (2003), aguijoneado por el prólogo: “La odisea de Flora Tristán” escrito por él, para la edición de ¨Peregrinaciones de una paria¨ de Tristán y por qué no decirlo, por su propia condición de hombre transhumántico y concepción y forma filosófica que ha ido tomando ¨La metamorfosis¨ de su pensamiento de ¨Gregorio Samsa¨, asentado en las ¨Piedras de Toques¨, primero, de un humanismo de socialismo utópico, o latinoamericanismo apostólico, que en cierta forma representa el ¨Boom latinoamericano¨, imbuido de los fantasmas epocales, desplazándose hacia aquel

¨Ordoliberalismo¨ y ¨Anarco liberalismo¨ ¨clásico¨ del que habla Michel Foucault, esencialmente, la furia de la pasión confrontacional, como uno de los más aventajados neo discípulos de ¨la Sociedad Mont-Pèlerin¨, fundada por los pensadores judío-austríacos Misel, Popper y Hayek, o por las corrientes de liberalismo clásico de la ¨Ilustración escocesa¨, relativo a su ¨visión del hombre¨ y la relación de la sociedad, la libertad y el mercado.

El discurso insular le valió que sus antiguos contertulios, pequeños burgueses progresistas…emprendieran una mirada ¨revisionista¨ al ¨valor de sus obras¨ y los tumbaran de los altares del Hombre Nuevo, del complejo paisajístico rousseauriano que tala Senel Paz en el ¨El lobo, el bosque y el hombre nuevo». En nuestro país, los adversarios no han pasado del ¨limes¨ fronterizo de ¨La Criatura Terrestre de don Manuel Rueda. Tal vez, uno que otro bufón ni siquiera de corte, ha intentado disminuirlo, arguyendo su ignorancia sobre las doctrinas jurídicas de la filosofía del derecho y otros, sabrá Dios con qué propósitos, extraliterarios, más versados, interpelan su teoría del arte, a partir de la publicación de ¨La fiesta del chivo¨, de su afán de ¨reivindicar el pasado¨, algo racional si se partiera de la misma literalidad o relato del discurso, como sistema cerrado o de sentidos o de la propia práctica escritural de MVL que explica en su ensayo ¨La verdad de las mentiras¨ y en otros muchos escritos. ¨El escritor usa el dato empírico, la verdad histórica no como el historiador, funda su propia verdad creativa¨. Los personajes en MVL son arquetipos. La organización de los relatos sobre el dictador, lo que expresa son arquetipos de dictadores, como ha hecho Valle –Inclán en ¨Tirano banderas¨ y los escritores del ¨Boom¨ en la ¨novela del Dictador¨. Urania Cabral, o Zavalita o La chunga o el coronel Espino o Santiago… son construcciones de personajes, con cimientos en realidades histórico-sociales, que los hacen verosímiles. Ficciones. Citando a F.

Jameson ¨narrativa dialéctica entre lo que ya “sabemos”…y lo que lo vemos hacer concretamente en las páginas de la novela¨. En el caso de la ¨Fiesta del chivo¨, algunos develan ¨Los dispositivos de la sexualidad¨ de la dictadura trujillista y de las culturas autoritarias similares.

Pero eso no es algo ajeno a la trayectoria de este escritor, dice el crítico literario Efraín Kristal, catedrático de literatura española y comparada en la

Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), que ¨El caso de Mario Vargas Llosa es particularmente sugerente: sus primeras novelas fueron elogiadas por los mismos críticos literarios que las menospreciaron cuando el comportamiento político del novelista ofendió a las autoridades de la revolución cubana.¨
El Premio Internacional
Pedro Henríquez Ureña
Mario Vargas Llosa tiene un discurso narrativo y ensayístico, prolijo y persistente, con planteamientos creativos, seductores y postmodernos, que develan los mitos, utopías, traumas, esperanzas, el desenfado y desamparo social de la eroticidad del hombre, de la sociedad latinoamericana y la ¨desestructuración social¨ de las sociedades postmodernas, que prestigian el premio Internacional Pedro Henríquez Ureña. Razones discursivas, académicas e intelectual les sobran y no pueden existir razones sentimentales o espurio nacionalismo o razones de Estado que las disminuyan.

Más aun, cuando creo o me adscribo a la idea de que la distinción a un hombre tan visible en nuestra opinión pública como MVL es una venganza del Jurado y del propio espíritu de Pedro Henríquez Ureña a la indiferencia de los dominicanos a la cultura, contra los organismos de decisión, al abandono al que el poder tiene sumida la cultura. Un exabrupto mediático contra ¨La sociedad del espectáculo ¨y la ¨superficialidad¨ de la vorágine de la selva de analfanautas que habitan las redes sociales, contra la libélula de la propia ¨Historia del perfume perfecto¨ de MVL.

Dudo que el día que este gentleman Incao dandi del jet set internacional pise ¨Tierra dominicana¨ a recoger el Premio, pase lo mismo que pasó con la intelectual argentina Beatriz Sarlo. Un símbolo de la ¨cultura de la resistencia¨ de la dictadura militar Argentina. Intelectual latinoamericana con estudios culturales, sociológicos y políticos postmodernos. Catedrática de las universidades de Maryland, Columbia, Berkeley, Minnesota, de la cátedra Simón Bolívar de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Cambridge y del Wilson Center en Washington, recibiendo “las becas Rockefeller y Guggenheim¨, distinguida con el Premio en la Feria del 2015, realizando una que otra conferencia magistral en la Sala de la Biblioteca Nacional, con la asistencia, apenas de unas cuantas almas en pena, sin que su presencia generara ninguna roncha o convulsión.

Con esta distinción a un pensador tan visceral, polémico, incisivo y mesías de ¨La utopía liberal¨ dudo que quede un solo actor político que no tome partida en este patriótico baile binario de condena desaforada y ¨Elogio de la locura¨, con él debemos tomar la cicuta socrática y celebrar la fiesta de la tolerancia y la ¨Feria de las ideas¨ de Federico Henríquez Gratereaux, ¨contrastarlo¨, si es posible en el ámbito de los conceptos, los principios y nuestros valores, desde el fundamento de su propio pensar ¨popperiano¨ de ¨Sociedad abierta¨, exhibir una práctica, inherente a un Estado democrático, como el que prevalece en la República dominicana, porque este gentleman Incaes una especie de monstruo fabuloso y fascinante. Un moscardón de estirpe sartreana o hayekiana, maravilloso, al que le encanta dar coletazos en el alma de la nación, hacer estremecer el pensamiento anquilosado. Como alguna vez lo hicieron en la literatura dominicana: Pedro Henríquez Ureña, Virgilio Díaz Grullón, Manuel del Cabral, Marcio Veloz Maggiolo, Manuel Rueda, Diógenes Céspedes… y en las ciencias sociales: las tesis y polémicas conceptuales entre Juan Bosch, Juan Isidro Jiménes Grullón y Narciso Isa Conde, o Carlos Ascuasiati con Andy Dauhajre, o José Israel cuello y los trabajos de Cordero Michel, Wilfredo Lozano, Frank Báez Evertsz, Isis Duarte…para solo citar algunos momentos de nuestro hacer que hicieron estremecer el pensamiento dominicano, que hoy se muere de esclerosis tecnocrática y oportunismo.

En Mario Vargas Llosa habita la razón de la postmodernidad y de la libertad y lo mejor que los dominicanos podemos hacer es mostrarle la desnudez de nuestros paisajes sociopolítico y demográfico para que el propio humanista perciba con las razones del olfato flaubertiano o con su ¨mirar o andar¨ orteguianos que los haitianos, pese a su misérrima condición humana, son los únicos indocumentados que en toda la isla andan como Pedro por su casa, con la furia de su pobreza y la orfandad que le transfiera su cuasi Estado.

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