En estos momentos el país se encuentra en el proceso del IX Censo Nacional de Población y Vivienda.

Según el  director  de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), Pablo Tactuk, los dominicanos tendremos dentro de dos meses los resultados de este sondeo de campo. Indiscutiblemente que un trabajo de esta naturaleza es de capital importancia porque permite a las autoridades, a los tomadores de decisiones y a los hacedores de políticas diseñar proyectos, planes y estrategias, entre otras cosas, a favor del desarrollo de la nación. Se trata de variables que retratan nuestra realidad. En ese sentido, preocupa mucho que en este censo no se tomara en cuenta el elemento religioso. En el momento de ofrecer mis datos, estuve muy atento a ver si era cierto que esta pregunta no estaba incluida. Me sorprendió al comprobar que fue obviada. Es algo incomprensible porque, virtualmente, en todos los países del mundo oficialmente se tiene un conocimiento científico acerca de las inclinaciones espirituales de los ciudadanos. Usted consulta las estadísticas de cualquier nación y siempre aparecen tabuladas las diferentes tendencias de fe. Un ejemplo puede ser el Brasil, en donde los datos están disponibles con toda precisión. Y lo mismo ocurre en toda América Latina. Al margen de la Iglesia Católica, las organizaciones protestantes o evangélicas son las que siempre abogan en cada censo porque se tome en cuenta esta variable. La no inclusión de este dato, nos deja ahora a expensa de las especulaciones. Esta situación debe crearles serios problemas a los organismos internacionales cada vez que deben rendir un informe sobre libertad religiosa y sobre la configuración cultural del pueblo dominicano.

¿Cuál será el temor que se tiene a esta realidad entre los dominicanos?