La repartidera de los rojos

La repartidera de los rojos

Hay varias formas de analizar los resultados del domingo.  Mi favorita es ver cómo tanto el PLD como el PRD crecieron a expensas de los reformistas.

Si el nivel de abstención fue igual al de hace cuatro años y si el PLD y el PRD obtuvieron más congresistas y alcaldes que en el 2006 y también una mayor proporción del voto popular total, entonces tan sólo se puede concluir que los votos rojos se repartieron entre morados y blancos.

Veamos el voto popular, es decir el total de sufragantes que votaron por candidatos de un partido dado.  En el 2006 el PLD obtuvo un 52.31% del total y ahora sacó un 54.41%, creció, pues, un moderado 2.1%.

El PRD obtuvo un 21.74% en el 2006 y ahora un 42.01%.  Creció un extraordinario 20.27%.

Los reformistas lograron un respetable 23.45% en el 2006 y ahora apenas un 1.6%. Bajaron un extraordinario 21.85%.

El PLD sacó 27 alcaldías y 9 senadores más que en el 2006 y el PRD 11 alcaldías y unos 14 a 16 diputados más.  Los reformistas perdieron 23 alcaldías, tres senadores y algunos diputados.

Del tripartidismo al bipartidismo.   Ese es el gran cambio. Las perspectivas para que surgieran líderes emergentes fracasaron.  Tan sólo tres de los 17 partidos pequeños fueron no aliados a las elecciones, ya que nueve fueron aliados al PLD y 5 al PRD.  De esos tres independientes ninguno se acercó al 1% del voto popular, por lo que los cinco diputados a nivel nacional serán del PLD y el PRD.

La abstención fue ligeramente inferior a la del 2006.  Cada año de elecciones congresuales ésta se ha reducido algo más, aunque en las presidenciales el nivel es mucho menor.

A pesar de lo complicado de la boleta los votos nulos no pasaron del 2%.

Con miras a las perspectivas del 2012, el voto popular de un 54.41% del PLD, de mantenerse le daría la victoria sin necesidad de una segunda vuelta. En las últimas elecciones presidenciales el PLD sacó un 53.83%. Dos años después, a pesar de la crisis internacional, la corrupción gubernamental y el crimen y las drogas, aumentó a 54.41%. Después de varias elecciones con un tope que no pasaba de un 40%, el PRD ha logrado un 42%, pero el margen de 12.4 puntos porcentuales luce hoy día insuperable.  Mucho dependerá de la situación económica. Latinoamérica ha logrado mantenerse fuera de la vorágine que afecta Estados Unidos.  El acceso al crédito externo se mantiene y ha surgido una nueva fuente: crédito interno, ya que el gobierno ha logrado colocar valores en moneda nacional y los paga a tiempo por lo que tienen buena aceptación.

Finalmente, las encuestas serias acertaron.  Penn & Schoen predijo una abstención de  40% y fue de 42% y pronosticó un voto popular de 55% para el PLD cuando fue de 54.41%. 

Al igual que ASISA, predijo correctamente las victorias de Pared Pérez y Salcedo en el Distrito Nacional y de Lizardo y de los Santos en la Provincia Santo Domingo, así como la de Valentín en Santiago.  ASISA el 14 de mayo entrevistando a 29,100 personas (lo usual es 1,000) predijo que el PLD ganaría en 30 provincias. A boca de urna, predijo a las 6:00 PM el día 16 que el PLD obtendría un mínimo de 28 senadores y los reformistas uno.  Las tres restantes senadurías estaban indecisas entre el PLD y el PRD.

Empresas como Research Corporation, AMA Análisis, Mercado y Cuantificación, CID Latinoamérica (CID-Gallup), Instituto Dominicano de Estudios Aplicados, el Centro Económico del Cibao y Marketing Research, todas se equivocaron al predecir victorias perredeístas que no se dieron.

Pero Penn & Schoen y ASISA fracasaron al proyectar la victoria de Sued en Santiago. Aparentemente los disciplinados peledeístas no admitieron a los entrevistadores que votarían por el PRD en la alcaldía donde el candidato era un ex morado.

Creemos que es cuestión de tiempo antes de que el PLD le pida a Serulle que vuelva a su partido, con el gobierno de Santiago en su alforja.

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