Por Rafael Augusto Sánchez hijo

El próximo 10 de enero marca un momento significativo para la política venezolana y el hemisferio latinoamericano. El presidente electo de Venezuela, Edmundo González, será recibido pasado mañana en la República Dominicana por el presidente Luis Abinader, en un gesto que reafirma los valores compartidos de democracia, libertad y derechos humanos.

La visita de González a Santo Domingo simboliza un respaldo contundente de la comunidad internacional al proceso democrático en Venezuela, un país que durante años ha enfrentado las duras consecuencias del régimen dictatorial de Nicolás Maduro. Bajo su mandato de facto, Maduro ha sometido al pueblo venezolano a una crisis humanitaria sin precedentes, encarcelando y persiguiendo a quienes defienden la libertad y luchan por la restauración de la democracia. Su administración ha sido señalada por organizaciones internacionales por violaciones sistemáticas de derechos humanos, incluidas ejecuciones extrajudiciales y la censura a la oposición política.

En contraste, Edmundo González representa la esperanza de un cambio verdadero. Su elección ha encendido una llama de esperanza en millones de venezolanos, tanto dentro como fuera del país, quienes sueñan con un futuro donde los valores democráticos sean restaurados. República Dominicana, bajo el liderazgo de Luis Abinader, se ha comprometido a fortalecer los lazos con un gobierno legítimo que busca reconstruir a Venezuela tras años de represión.

El encuentro entre Abinader y González no solo reforzará los lazos diplomáticos entre ambos países, sino que enviará un mensaje claro al mundo: la región está unida en la lucha por la democracia y la justicia. Venezuela no está sola, y su pueblo puede contar con el respaldo de naciones hermanas en su arduo camino hacia la libertad y el progreso.

Puede leer: Cien años con nombres haitianos de nuestros pueblos