La Reserva Federal debe  disparar para atacar  monstruo deflación

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James mackintosh
Cada película de acción tiene a un héroe corriendo sin balas en un momento crucial y tratando de conseguir cualquier arma que llegue a sus manos. Ben Bernanke puede no tener los pectorales de Jean-Claude Van Damme, pero el presidente de la Reserva Federal (Fed) señaló en los últimos días que él estaba dispuesto a golpear con un bate de béisbol si eso era lo que se necesitaba para mantener la economía fluyendo.

El banco central de E.U. ya ha desechado su arma principal, las tasas de interés, habiéndolas reducido a cero a consecuencia del colapso de Lehman Brothers. Recientemente, ésta recargó su apoyo, el alivio cuantitativo. Piense en Sigourney Weaver cambiando de un rifle de pulso a un lanzallamas en la película Aliens.

Desafortunadamente, los mercados tomaron el mensaje equivocado. Más que asegurarse de que el monstruo de la deflación tenía una lucha en sus manos, los inversionistas decidieron huir. Las malas noticias sobre la economía de E.U. y China, y las renovadas preocupaciones acerca de la afectada periferia de la eurozona y los bancos europeos, pusieron las cosas peor. La naciente recuperación del verano en las acciones llegó a un doloroso final, los bonos aumentaron y se tambalearon las expectativas de inflación del mercado.

Lo cual hace surgir una pregunta vital: ¿Está la Fed disparando a los blancos? Ciertamente, la inflación ahora se espera que sea más baja, la medición del mercado de futuros de la Tesorería de implícita inflación tuvo su mayor caída de un día desde el alza de la crisis griega. En Alemania, los mercados de bonos se están valorando a la inflación promedio de 0.78% en los próximos cinco años, lo más bajo desde las profundidades de la crisis el último marzo. En E.U., la inflación se espera a un promedio de 1.67% en los próximos 10 años, lo más bajo desde septiembre. Todavía, los inversionistas tienen fe en la habilidad de las autoridades de prevenir la deflación.

La creencia es que está imprimiendo dinero para comprar activos y poder comprar bonos de la Tesorería (alivio cuantitativo), se está obligado a sobrellevar eventualmente a la inflación, lo cual es el porqué los mercados de bonos no se están valorando en deflación. Es cierto que hasta cierto punto la impresión de dinero crea inflación, desde que cada dólar, libra o euro se valora menos en bienes reales. Pero el uso extremo de las prensas de impresión de dinero mina la confianza en la divisa y perturba adicionalmente una economía ya distorsionada.

Suena escéptico, no sólo debido al acento británico que automáticamente me proyectaría como un villano de Hollywood.

La Fed ya ha bombeado más dinero en su alivio cuantitativo de lo que Japón, hogar del monstruo de la deflación, ha tenido en los pasados 20 años. ¿El resultado? E.U. tiene una de las recuperaciones más débiles y la deflación está todavía en riesgo. Por supuesto, si no se hubiera hecho nada, probablemente estaríamos en depresión.

Lo que es cierto es, que las herramientas monetarias poco convencionales están de vuelta sobre la mesa, y no sólo para E.U. Para los inversionistas en bonos, acciones y divisas, esto es una consideración vital. Suiza queda como la cúspide de la deflación, a pesar de la producción masiva de nuevos francos del Swiss National Bank para comprar euros, el cual observó embarazosas pérdidas récord este año. Aunque el agresivo Banco Central Europeo se rumora que está interviniendo nueva vez, supuestamente comprando bonos del gobierno irlandés.

El problema es que los bancos centrales solos no pueden reemplazar el sistema bancario, y los préstamos bancarios se están apenas recuperando. Verdaderamente, el dinero extranjero está todavía disminuyendo en E.U., mientras el sector privado paga la deuda, y está lánguido, al menos en la eurozona.

El riesgo es que el paso de dinero desde los bancos centrales a la economía simplemente guíe a más reducción de deuda y al acaparamiento. Para dirigir esto, algunos economistas sugieren todavía una medida más extrema: tasas negativas de interés. Esto ha sido tratado antes para dirigir a un problema diferente: Suiza tuvo una tasa nominal de -40% para los depósitos extranjeros en los años 70 con el fin de evitar la afluencia de capital, lo cual fracasó.

Pero si los bancos enfrentan tasas nominales negativas para el dinero en depósito al banco central, ahora más cerca de niveles récord, eso podría alentarlos de forma bastante más efectiva para prestar, en relación a las exhortaciones de los políticos. Esto sólo sería un pequeño paso, ya que las tasas no podrían llegar más bajo de -0.25% antes de que sean valorados por las notas que almacena (Willem Buiter, jefe economista de Citigroup, ha sugerido abolir el dinero físico para resolver el problema). Hay un precedente. Suecia tuvo una tasa negativa de reservas en exceso el año pasado, aunque hizo poco desde que los bancos suecos estuvieron funcionando normalmente.

Hay una gran desventaja para una tasa negativa: esto se sumaría a un impuesto sobre los bancos, desde que el nivel general de los depósitos del banco central debe quedar alrededor de lo mismo, como el juego de “la jamona”, cada banco estaría tratando de pasar el dinero. Charles Goodhart, ex miembro del comité de políticas monetarias del Banco de Inglaterra, señala que si los bancos estuvieran prestando, las tasas negativas no se necesitarían; ellos sólo se deben culpar a sí mismos. Al menos, esto le ofrecería a Bernanke una nueva arma. Sólo experimentando encontraremos si ésta tiene la potencia para desintegrar la deflación.

La cifra

1.67 por ciento. Es la inflación promedio esperada en los Estados Unidos en los próximos diez años, lo más bajo desde septiembre.

Economistas suenan alarma mientras yen golpea alza

Lindsay Whipp

Tokio

La fortaleza del yen ha sido uno de los tópicos más calientes en el sofocante verano de Tokio, con las autoridades redoblando en los últimos días las intervenciones después de que la moneda golpeó un alza de 15 años en contra del dólar. Con la data de crecimiento del segundo trimestre emitida recientemente, el avance sostenido del alza de Y84.72 en contra de la moneda de E.U. fue una de las principales amenazas para la recuperación económica del país dependiente de las exportaciones, dijeron los economistas.

 “La apreciación del yen es uno de los mayores riesgos que podría afectar los ingresos de exportaciones denominados en yen y que puede tener repercusiones negativas en el envío de capital local”, dijeron Kyohei Morita, economista japonés en Barclays Capital.

Naoki Iizuka, un economista en Mizuho, estimó que si el yen aumenta a alrededor de Y80 y se queda ahí, es posible que las compañías opten por enfocar su gasto de capital en el extranjero.

Sobre una base de precio ajustado las tasas de cambio efectivas están ligeramente por debajo del promedio de los pasados 30 años, sugiriendo que todavía hay espacio para que la divisa aumente adicionalmente sin la intervención directa del gobierno. Las cifras de hoy pueden mostrar que la fortaleza del yen no perjudicó el crecimiento económico de abril y junio de Japón, ya que la divisa quedó más débil que Y90 por la mayor parte del periodo.

Los economistas estiman que el crecimiento japonés se desaceleró a una tasa anualizada de 2.3% en el segundo trimestre, comparado con un 5% en los primeros tres meses del año.

Las exportaciones del segundo trimestre fueron más lentas, pero quedaron sólidas, y su contribución al crecimiento general fue posible para confirmar la dependencia del país sobre la demanda externa, pronosticaron los economistas.

“La dependencia de la exportación significa que Japón es vulnerable a una recesión doblemente profunda o a un repentino aumento en el valor del yen”, escribió Richard Jerram de Macquarie Securities en un reporte reciente. “Un perfil más fuerte para la tasa de cambio, especialmente en contra del euro, el cual es conductor para algunos competidores claves, implica un crecimiento más lento de lo que previamente se esperaba en el calendario del 2011”.

El factor yen no es del todo malo para la economía. Paul Donovan, economista global en UBS, dijo que el impacto era mucho menos pronunciado porque alrededor de la mitad de las exportaciones de Japón hacia China y el sureste de Asia eran facturados en yen, lo cual calmó a las compañías la necesidad de proteger la mitad de la exposición de su divisa para los embarques a esos países.

Dijo que las compañías también tienen la ventaja de un fuerte yen cuando pagan por las materias primas denominadas en dólares. El gasto de consumo del segundo trimestre a nivel local probablemente cayó por el primer trimestre de los últimos cinco, según los pronósticos por parte de los economistas de Nomura.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE MARIA DEL CARMEN MARTINEZ

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