Por Krishna Guha
En Washington
La acción tomada por la Reserva Federal de Estados Unidos el viernes pasado intenta mantener la distinción entre sus dos responsabilidades principales: mantener los mercados funcionando y administrar la macroeconomía.
Los cambios en la tasa de descuento -tasa de interés que se cobra a bancos comerciales y otras instituciones depositarias de préstamos que ellos reciben del Banco de la Reserva Federal regional, conocido como la ventana de descuento- están destinados a enfrentar la sequía de liquidez y hacer que los mercados financieros trabajen en forma adecuada.
Mientras tanto, la nueva declaración indica que la Reserva Federal está lista para reducir las tasas de interés, si fuera necesario, para enfrentar los efectos de desbordamiento de la contracción de liquidez en la economía real.
El objetivo es restablecer el flujo de fondos a través del sistema financiero, aunque no en un nivel de precios en particular, y limitar así los daños en la economía real.
Su nueva posición política estimuló las especulaciones de que el Banco Central Europeo pudiera tener que dar marcha atrás en su inclinación a subir las tasas en septiembre.
Hasta este momento, la Fed había concentrados sus esfuerzos para bombear liquidez en los mercados monetarios en el mercado de fondos del día, donde las tasas de interés subieron por encima de la tasa meta de 5.25% la semana pasada.
Repetidas intervenciones llevaron la tasa de los fondos federales de nuevo a la baja y en días recientes la Fed ha mantenido la tasa efectiva por debajo de 5.25%, lo algunos comerciantes llaman un relajamiento silencioso.
Pero mientras la Fed tenía éxito en restablecer la liquidez al mercado monetario del día, esta liquidez no fluyó por el sistema financiero.
Las tasas de préstamos a tres meses se mantuvieron altas y el mercado de papel comercial respaldado por activos, y el mercado hipotecario jumbo (de préstamos grandes) siguió estando disfuncional.
La Fed está decidida a devolver la liquidez a estos mercados, en parte porque lo ve como parte de su misión de mantener funcionando los mercados, y en parte, porque cree que mientras más tiempo estén cerrados los mercados esto afectará el flujo del crédito hacia los hogares y negocios.
La Fed no ha cambiado la lista de títulos elegibles para estas operaciones, pero al reducir la tasa de penalidad en la ventana de descuento del préstamo de 100 puntos básicos sobre la tasa de fondos federales a 50 puntos, y permitiendo a los bancos obtener préstamos a 30 días más que dinero diario, eso garantiza que los bancos que encuentren dificultades en asegurarse fondos contra hipotecas y otras garantías, tienen acceso fácil a la liquidez.
La Fed considera esto parte de su papel clásico como prestador de último recurso, que se puso en vigencia, por primera vez, hace un siglo por parte de Walter Bagehot.
Sin embargo, no todos los economistas están de acuerdo con la decisión de reducir la penalidad de interés para las instituciones sorprendidas con menos con títulos menos líquidos en las manos.
Todas las instituciones depositarias son elegibles para tomar prestado a través de la ventana de descuento. Esto permite a los fondos fluir directamente a un rango de bancos mucho más amplio que los que participan en el mercado diario de los fondos federales.
La Fed espera que los pasos dados con la ventana de descuento echen a andar el papel comercial, las hipotecas jumbo y otros mercados apoyados por activos. Sin embargo, el banco central de EEUU estableció un límite poderoso al cambiar la declaración política para dejar claro que los recortes en la tasa de interés -si bien todavía no están decididos- estaban realmente sobre la mesa.
Su nueva declaración dice que los riesgos negativos al crecimiento se han incrementado de manera apreciable; que el comité está observando la situación y se está preparado para actuar en la forma que sea necesaria para mitigar los efectos adversos en la economía que surjan de las alteraciones en los mercados financieros.
En efecto, la Fed estaba marcando vender su declaración del 7 de agosto, a la luz del deterioro del mercado desde entonces, y dejando en claro que el comité no comparte el enfoque de línea dura de Bill Poole, el presidente de la Fed de San Luis, quien dijo a Bloomberg el miércoles que un recorte de emergencia entre encuentros sería una calamidad. Al hacerlo, estaba enviando una señal de que lo haría siempre que fuera necesario para atajar a los mercados y evitar que la crisis financiera se convirtiera en una crisis económica.
Una reducción de la tasa en septiembre, o más temprano, todavía no es nada cierto, y dependerá en gran medida de en qué forma los mercados se comportan entre ahora y entonces. Sin embargo, la nueva declaración le da a la Fed la flexibilidad para reducir las tasas en cualquier punto.
VERSIÓN AL ESPAÑOL IVÁN PÉREZ CARRIÓN