Por Julio Ravelo Astacio
Abordamos este tema a sabiendas de que a todos nos habrá tocado trabajar, estudiar, compartir con personas responsables. Ellas nos producen satisfacción y cierto orgullo al tener a nuestro alrededor personas así. Con estas, realizar labores de cualquier tipo produce tranquilidad, seguridad de que el compromiso será resuelto, materializada la tarea, realizada en el tiempo/espacio acordado.
Pero de seguro amigo lector, también les habrá tocado compartir con el otro lado de la moneda: las personas irresponsables. Para los cuales el horario no existe, la tarea encomendada no queda registrada, el compromiso asumido se lo llevó el viento. Estas son personas que a cualquiera le desorganizan la existencia. La búsqueda de una excusa que justifique su irresponsabilidad es una constante. Ello lleva a la desconfianza en cuanto a realizar tareas junto a otros. Usted terminará realizándola solo, o quedará mal parado por incumplimiento de realizar la misma.
Precisemos, desde el punto de vista psicológico hacemos referencia a la capacidad que tiene una persona de responder de sus actos y obligaciones. Un individuo responsable es aquel que es consecuente con sus acciones, que cumple con sus deberes y es capaz de asumir sus errores.
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La responsabilidad es considerada un valor humano, que se caracteriza por la capacidad del individuo de actuar de la manera correcta, o de acuerdo a lo esperado y, comprometerse con propósitos conjuntos.
La responsabilidad como valor social está ligada a cumplir cada compromiso que adquirimos, genera confianza y tranquilidad entre las personas. Está estrechamente unida a la obligación y al deber. Ambos conceptos constituyen la materia prima de la responsabilidad. No olvidemos que está muy relacionada con la autonomía y con la capacidad de desenvolverse por uno mismo.
¿Podemos fomentar la responsabilidad? Claro que podemos. Es sólo crear conciencia de ello y saber las repercusiones que tendremos por no ayudar y orientar a nuestras descendencias sobre el particular.
Fomentar la responsabilidad es parte de las tareas de padres y tutores, así como del centro educativo correspondiente: enseñar y estimular entre los niños al cumplimiento de pequeñas tareas que al final permitirán que estos adopten y asuman esta capacidad.
Asimismo, destacar que los niños carecen de responsabilidad, porque aún no saben de deberes y obligaciones. Sus actividades se mueven por impulsos dirigidos a conseguir su propia satisfacción. Ellos tienden a ser egoístas, ya que, no entienden que otras personas puedan tener necesidades similares. Con sus padres, tutores y educadores van aprendiendo normas de convivencia y de moral. Así comienza a hacerse responsable.
Un ambiente de responsabilidad en padres y educadores servirá como modelos a imitar.
Cuando respira, observa ese ambiente de orden, cumplimiento de tareas…está recibiendo lecciones de responsabilidad.
Una persona responsable es aquella que lleva a cabo aquello que prometió y cumple con sus obligaciones y compromisos.
Quien llega a la adultez de manera inadecuada carece la más de las veces de madurez, pudiendo reconocerse por su irresponsabilidad.
Las personas irresponsables pueden ser identificadas por el desorden en que viven. Tienen poco apego a las cosas, falta de cuidado hacia ellas.
Les resulta difícil mantener un puesto de trabajo fijo, ya que, con frecuencia dejarán las tareas u obligaciones sin llevarlas a cabo. Les aburren.
Para ellos es difícil mantener una relación afectiva estable con su pareja. Asimismo, se les dificulta desarrollar grandes amistades. Podemos afirmar que todas las facetas de su personalidad pueden ser afectadas por sus irresponsabilidades.
Algunas sugerencias: asignar pequeñas tareas (ordenar los libros, la habitación, arreglar la cama, volver a poner los juguetes y cosas que use en su lugar). Cumplir sus compromisos con la escuela o colegio. Estimular y reconocer sus avances y logros. Dar un buen ejemplo.
Al transitar por la vida vamos recibiendo informaciones, conocimientos, destrezas y habilidades que nos permiten enfrentar con éxito las dificultades de la propia existencia. Si a estas capacidades agregamos una dosis significativa de responsabilidad, de seguro esa persona tendrá una vida exitosa.
Vamos a estimular la responsabilidad. Ella es factor importante en el futuro de cada ser humano y en el desarrollo de nuestro país y sus instituciones.