Nunca serán suficientemente ponderados el valor y el sentimiento patriótico de aquellos dominicanos que se lanzaron a la recuperación de la independencia arrebatada por el dominio español con ayuda de dominicanos que no supieron aquilatar en su momento el gran salto a la libertad dado el 27 de febrero de 1844.
La fiera lucha de los sublevados contra la anexión del país a España, que tiene sus puntos cumbres entre el 16 de agosto de 1863 hasta la salida de las tropas españolas el 11 de julio de 1865, es una lección de amor por la libertad que todo dominicano debe asimilar con orgullo.
La anexión a España fue una especie de capitulación condicionada. Fue una autoderrota de quienes no se atrevieron a lidiar con los acontecimientos posteriores a la declaración de la independencia nacional.
La anexión trajo consecuencias funestas. Además de desmejorar el clima de libertades individuales que surgía como fruto de la independencia, propició el deterioro de la situación económica y provocó una crisis monetaria. Las protestas por la situación fueron brutalmente reprimidas y la resistencia no se hizo esperar.
La reconquista de las libertades y la restauración de la independencia fue una muestra de lo que pueden los pueblos cuando está de por medio la libertad, el don más preciado.
Algo para preocuparse
Al alto número de fallecimientos de mujeres sometidas a cirugía para resaltar la belleza física, debido a que personas no calificadas están ejerciendo como cirujanos plásticos, se suma un ingrediente altamente preocupante.
El ministro de Salud Pública, Bautista Rojas Gómez, afirma que la regulación del ejercicio de la cirugía plástica es responsabilidad del Colegio Médico Dominicano. Hasta donde se tiene entendido el colegio solo juega un papel de asesoría del ministerio en esa materia.
Mientras quedan las dudas sobre quién en realidad debe regular el ejercicio de la cirugía plástica en nuestro país, es escandaloso el número de intrusos que ejerce esta especialidad en el país y que serían los causantes de muertes y daños a mujeres sometidas a operaciones para mejorar la apariencia. Parece que alguien escurre el bulto.