La revisión al acuerdo con el FMI

La revisión al acuerdo con el FMI

Han transcurrido 18 días desde que el FMI diera a conocer la primera revisión al acuerdo stand by suscrito con el país en noviembre del 2009. De la lectura del mismo han surgido numerosas opiniones, según el color de quien quiera alabar a las autoridades o prefiera desacreditarlas por su mal desempeño.

Los diversos aspectos tratados en la declaración del FMI del 16 del mes pasado permite evaluar el comportamiento de una economía, que si bien ha enfrentado serios desafíos, pudo consolidar variables económicas, sociales y financieras que permitieron, según el FMI, un crecimiento del 3.5% y una inflación de tan solo el 5.8%.

Lo anterior constituye una confirmación de la austera y responsable labor llevada a cabo por las autoridades monetarias, enfrentadas a la voracidad gubernamental para el aumento de los gastos corrientes y satisfacer las estrategias políticas de asegurarse una amplia base popular y control de las riendas del poder.

Los déficits fiscales, tanto del sector público como la Administración Central, se mantuvieron muy comedidos sin exagerar, ya que hubiesen alarmado a los funcionarios del FMI. De nuevo se volvió a destacar lo malo que está el sector eléctrico, lo cual no necesita dictamen extranjero. Todos conocemos sus precariedades y el lastre casi inamovible que impide un desarrollo mayor del país, sin superar los endémicos apagones.

El FMI llamó la atención, tanto para el déficit fiscal de la Administración Central y de la liquidación de los atrasos con los generadores de electricidad que no hubo una respuesta vigorosa de las autoridades, ya que los déficits se acentuaron pese a las promesas, las medidas correctivas no se aplicaron como quedó comprobado con la tanda de apagones de casi todo el mes de febrero por falta de combustible y de pago a los generadores.

El FMI reconoció lo positivo del programa de Solidaridad para proteger a los más pobres de los peores efectos de la desaceleración económica, el programa fue aumentado para incluir a 70 mil nuevas familias, de manera que se logre sostener la paz social indispensable para que el gobierno pueda atender otras prioridades nacionales y más adeptos a sus planes electorales.

El FMI tiene las esperanzas puestas para la buena evolución de la economía dominicana, que los trabajos de reconstrucción de Haití estimulen una acelerada demanda de bienes y servicios locales, lo cual ya está ocurriendo por el despegue de las actividades industriales y comerciales, por las compras de materiales de construcción, alimentos, medicinas y ropas.

El país se ha convertido en la vía de tránsito de casi todo lo que va destinado a Haití, con el uso de los puertos y aeropuertos. Esto ha generado un mayor movimiento en el transporte de miles de toneladas de mercancías hacia occidente. Esta operación durará varios años por la magnitud de la tragedia del pasado 12 de enero.

Si ocurriera una desviación del acuerdo stand by, por la tentación del gobierno de aumentar sus gastos con miras a las elecciones, podría tener una compensación con el aumento de exportaciones hacia Haití generando un dinamismo industrial, restaurando la ociosa capacidad instalada así como de la mano de obra, con lo que otras variables y exigencias del acuerdo se estabilizarían.

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