La rica historia de las lentejas

La rica historia de las lentejas

Madrid.  EFE. Fueron uno de los primeros vegetales “domesticados” por el hombre, hace la friolera de, más o menos, ocho mil años, de modo que Napoleón bien hubiera podido decirles a sus soldados, ante un rancho de lentejas, “ochenta siglos os contemplan”; sucede que las pirámides de Gizeh son más espectaculares que esta humilde leguminosa… aunque tengan una estrecha relación con ella.

En efecto, las lentejas eran un alimento muy consumido, como la cebolla, en el antiguo Egipto. Consumido, apresurémonos a aclarar, entre las clases trabajadoras, las que trabajaron físicamente en las pirámides, que no en la casta sacerdotal o aristocrática. Las lentejas han sido siempre alimento del pueblo, comida “de pobres”; el propio autor griego de comedias Aristófanes hace decir a uno de sus personajes, refiriéndose a otro recientemente enriquecido, “ahora ya no le gustan las lentejas”.

Parte de su mala fama debe de venir del conocido episodio bíblico en el que un Esaú famélico vende a su hermano Jacob su primogenitura por un plato de lentejas, que tampoco debían de tener demasiada consideración porque, cuando ambos hijos de Isaac acuden ante éste para recibir su bendición, no le agasajan con lentejas, sino con «un guiso suculento» hecho de carne, de cabrito en el caso de Isaac, que por lo que cuenta de él la Biblia era un elemento de cuidado del que no convenía fiarse, y de caza en el caso del estafado Esaú.

Bueno, el hecho es que las lentejas fueron condumio habitual en Europa desde siempre.

Salen incluso en los primeros párrafos del Quijote, cuando Cervantes nos informa de que el ingenioso hidalgo comía lentejas los viernes, lo que hace suponer que eran lentejas “viudas”, al ser los viernes día de abstinencia y llevarse por entonces muy a rajatabla estas disposiciones eclesiásticas, que cualquiera se arriesgaba a ser tenido por hereje o simplemente heterodoxo por el Santo Oficio.  Hay, sin embargo, platos geniales con lentejas como coprotagonistas. Los romanos cenan lentejas con ‘zampone’, embutido que tiene la piel de una mano de cerdo (“zampa”) como envoltorio, la noche de Fin de Año. Las lentejas van estupendamente bien con el foie-gras, con el pato, con el jamón y… con chorizo. Las lentejas con chorizo son muy populares en España.

El otro día decidimos hacernos unas lentejas con chorizo, pero dándoles picardía, o sea, un punto picante.

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