Como un medio de neutralizar el creciente deterioro de la imagen pública del Partido de gobierno y sus candidatos, el PLD al parecer ha decidido levantar cada día una calumnia o acusación grotesca contra el candidato del PRD y sus dirigentes. Pero en fin, esa es la campaña sucia a que ya nos tiene acostumbrados ese partido.

Empero, la acusación que sacó a la luz el PLD el pasado martes  24 de abril superó los límites de la decencia y constituyó un verdadero atentado contra la tranquilidad  y el sentido común de los dominicanos, cuando por boca del actual senador peledeísta Wilton Guerrero se atrevió a acusar al “PRD-PPH” de asociarse con personeros del narcotráfico para atentar  contra la vida de la valiente y acuciosa periodista de investigación Nuria Piera, quien viene realizando una extraordinaria labor de poner al desnudo el robo masivo de recursos  del estado por miembros del  gabinete del gobierno. Se trata de una jugarreta de triple pespunte de este legislador, que no pudo someter a la justicia a los  verdaderos responsables del genocidio de Paya efectuado en sus propias narices por malhechores, poderosos narcotraficantes vinculados al oficialismo, que siguen tan libres como la droga que incautaron y después desaparecieron misteriosamente…

Así, con la acusación de marras, Guerrero pretende vincular al PRD con el narcotráfico y el crimen político, y de paso inducir el pánico entre los periodistas que se atreven a poner al desnudo la corrupción y otras “indelicadezas” de este gobierno.

Lo peor es que se trata de una mujer como Nuria,  que ha sufrido en carne propia el terrorismo de Estado, que le arrancó la vida a su padre Enrique Piera en ejercicio de la profesión periodística, con lo cual, además de lo absurda de la acusación, es un acto de intimidación política y de ruindad pocas veces vista en el país, desde los días tenebrosos de la Era de Trujillo y el asesinato de las hermanas Mirabal, que todos querríamos olvidar.

La acusación del PLD,  contra el PRD y Nuria Piera en estos momentos, constituye una verdadera amenaza contra la paz pública, que  escribe un capítulo de crueldad y ruindad fuera de serie,  hacia una mujer que es un ejemplo de civismo, y revela que se trata de un partido que está desesperado y  demuestra que carece casi totalmente de escrúpulos, en su afán de mantenerse en el poder,  a costa del bienestar  y el futuro de la sociedad dominicana.

Más que esa acusación, que nadie en sus cabales va aceptar como buena, van el repudio colectivo a esa amenaza a la tranquilidad de Nuria Piera;  así como nuestra solidaridad hacia su persona y  a la labor de profilaxis social que realiza.