La Ruta del Carbón: el paso del diablo

La Ruta del Carbón: el paso del diablo

AMPARO CHANTADA
La crisis energética y el precio del petróleo llevan algunos de los gobiernos caribeños hacia la búsqueda de alternativas menos costosas, mientras otros, buscando divisas, diversifican sus exportaciones, excavando y sacrificando sus bosques.

Estamos en un circulo vicioso que el movimiento ambiental caribeño debe obligar a romper, fortaleciéndose con la educación y la integración de poblaciones involucradas sobre la base de la complementariedad de las situaciones y la solidaridad de nuestras reivindicaciones para un mundo mas sano y un desarrollo sostenible y equitativo, sobre la base de un uso precavido de los recursos no renovables, para la reducción de la pobreza y de los impactos negativos sobre el medio natural, para una renovada reflexión sobre nuestros consumos desenfrenados en tecnologías grandes consumidoras de energías costosas y un novedoso abordaje del problema ambiental mundial a partir del recurso agua y cobertura boscosa de nuestros bosques tropicales. Un ejemplo: en Venezuela. La determinante denuncia de los impactos de las minas de carbón en la Sierra de Perijá por las poblaciones indígenas afectadas obligo al Presidente Chávez a referirse al maestro Simón Rodríguez, a las palabras de Cristo para desistir de la posibilidad de explotar una nueva mina de carbón. Esto para proteger la salud de los obreros, para proteger la Sierra de Perijá, en Zulia, víctima de las apetitos desenfrenados de ganancias a todo costo. Pero mas importante, aun, demuestra que aquí y en Venezuela se necesita de un fuerte y solido movimiento ambiental que denuncie sin cesar los atropellos a los seres humanos y a la naturaleza, van juntos casi siempre, es necesario un frente caribeño ambiental que luchar contra la desinformación, para orientar y contribuir a salvar esa cuenca que se llama Caribe y que por su posición, entre dos masas continentales, constituye ambientes, marítimos y terrestres de suma importancia para la estabilidad atmosférica del Planeta. Pues, el Presidente Chávez tuvo que asumir una posición de ambientalista frente a las denuncias de la población indígena y campesina de uno de sus Estados mas conflictivos en la actualidad. Zulia. Citamos: «Ante la acostumbrada ausencia de las autoridades ambientales y los representantes de la corporación regional de carbón Corpozulia, campesinos, indígenas y habitantes cercanos a la ruta del carbón fueron exponiendo el modo al que han sido obligados a vivir al margen de la explotación. Desplazados de sus tierras, conviviendo con el polvillo tóxico, viendo el desmoronamiento progresivo de sus casas cercanas a las carreteras (guillotinas de asfalto) hechas solo para el paso de las góndolas y no de la gente».

Relato tras relato por espacio de tres horas, el desconsuelo en las narraciones de estos hombres y mujeres dejo claro lo imposible de mantener una explotación minera que no lo destruya todo con su paso letal. María González, indígena Wuayuu desplazada hace 10 años por la explotación del carbón en las minas del extinto río Guasare, expuso nuevamente su

desamparo ante la amenaza de ser desplazada si Corpozulia y su filial Carbozulia logran abrir Mina Socuy, un yacimiento de carbón que bordea el río Socuy, lugar al que huyó con su familia para recomenzar su vida.

Cerca de una docena de campesinos e indígenas voceros de sus comunidades afectadas por la explotación del carbón en el estado Zulia, instalaron desde el pasado jueves 08, en los espacios de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV- Zulia) el Foro la Ruta del Carbón, diálogo que mostró, en las descripciones de cada representante, cómo el recorrido del mineral, desde sus minas hasta los puertos de embarque va dejando una negra trama de secuelas sobre las que jamás existió garantía alguna de justicia para los afectados.

Hablaron de cómo las luchas comunitarias fueron sembradas de corrupción a través de la compra de conciencia de sus dirigentes mas inmediatos. Hablaron de cómo valores comunes

a todos los miembros de las comunidades, el derecho a un ambiente libre de contaminación, el derecho a la salud, a la seguridad de los niños al transitar por «las carreteras de las góndolas» y otros, fueron canjeados por pintura para las viejas y abandonadas escuelas, algunos pupitres cada algún tiempo o un mísero cupo como obrero temporal en las minas para algún campesino padre de familia.

Lo ruin de estas miserables narraciones pudo alcanzar su máxima expresión, al referir cómo ex obreros condenados a muertes por neumoconiosis cambiaron la lucha de otros compañeros, también afectados, por un mísero cheque que les compró el silencio.

Sin embargo, los relatos de cómo las autoridades ambientales en complicidad con la prensa regional y las instituciones universitarias en el mas reprochable e indigno proceder silenciaron y voltearon a su favor los resultados de los estudios médicos-ambientales que hablaban del costo ambiental y humano que estaba generando a la nación, y al Estado de Zulia, la explotación del carbón; dando muestra de que, en cualquier distinto intento por disfrazar de «desarrollo y bienestar» la explotación minera, es éste el único espacio posible para la explotación de carbón, y el mantenimiento de esta vieja práctica infamante e inhumana, hoy sumado al de la violencia y la amenaza contra los grupos radicales que se oponen al oscuro negocio del carbón. Ese ejemplo es muestra de que no existe otro camino que la lucha por una Tierra solidaria y un fuerte movimiento ambiental con raíces tan profundas que ni los intentos de corrupción, ni las amenazas lo puedan hacer tambalear. En eso, estaremos en el Foro Social del Caribe que se iniciara del 4 al 10 de julio, en la construcción de un fuerte movimiento ambiental, regional que defendiendo al Caribe, estará defendiendo el futuro de la Humanidad.

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