La sabiduría produce alegría

La sabiduría produce alegría

Recientemente me llegó esta interesante información que muy amablemente quiso compartir conmigo un fiel seguidor de mis escritos. Y de inmediato llamó mi atención el tema, porque no hay mayor realidad que aquella de que las personas alegres son esas que han sabido caminar por la vida con sabiduría.

Y es que cada vez son más las personas de todas las edades que participan en procesos formativos, buscando ampliar y renovar sus conocimientos, el desarrollado de sus capacidades y demás. Pero realmente más allá de cualquier aprendizaje y acreditación puramente académicos se encuentran nuestras respuestas ante esas situaciones cotidianas, la calle, la vida, manejar bien los sentimientos, pararse en el lugar correcto en el momento indicado, pronunciar la palabra precisa a la persona adecuada; y esas enseñanzas lamentablemente aún no están incluidas en el quehacer educativo, ni lo encierra ningún proyecto pedagógico del mundo. No hay nada que nos enseñe a ser sabio, porque en realidad ser sabio no es tener una suma de conocimientos, sino saber vivir la vida con calidad, haciendo uso de esas habilidades en el laborioso arte de vivir.  Es preciso entender que la sabiduría es esa capacidad que nos permite tener discernimiento de las cosas, saber distinguir entre el bien y el mal. “El tema de la sabiduría no es tanto un asunto teórico, sino más bien un asunto práctico. Sabiduría es tener cordura en la vida diaria y en las decisiones éticas. Es la aplicación de lo que uno sabe a lo que uno hace, a fin de lograr un bienestar”. La sabiduría es esa destreza que desarrollamos con la experiencia, el entendimiento y la reflexión, para así ser capaces de discernir la verdad y practicar el buen juicio. Es llegar a dominar ese juicio profundo de la realidad. Puesto que la esencia de esa sapiencia humana es la de promover esas cualidades innatas y saber desarrollar esa creatividad  que conduce al individuo a ser mago del conocimiento más rico que lo lleve a superar el propio nivel de vida, es decir a acrecentar su tesoro personal. Para así llegar a concientizarnos que vivir en sabiduría es vivir en paz y en permanente alegría.

“Lo único que nos conduce a la paz verdadera es saber ser sabio, más aún, en la palabra de Dios, y esa situación nos ha de producir una felicidad interior y exterior, es decir alegría plena, no hay otro camino. Si nos falta sabiduría, pidámosla a nuestro Dios y él nos la dará según su promesa. Quiera el Señor nos provea su sabiduría y nos permita vivir una vida en plenitud”, como bien propaga en sus escritos el Rev. Lic. Jorge Bravo C.

De manera que alardear sobre nuestros dotes de sabiduría nos debe llevar a disfrutar del tiempo, de los recursos naturales, de los gratos momentos con la familia y tener tiempo para soñar. En conclusión exponer que somos ciertamente felices, porque la alegría es exuberan

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