La saga de Roberto Rosario

La saga de Roberto Rosario

El Pleno de la Junta Central Electoral (JCE) clarificó 21 observaciones a la Cámara de Cuentas, el 19 del presente mes, en las cuales identifica liviandad de juicios emitidos la víspera en relación a los manejos presupuestarios de la Cámara Administrativa del tribunal electoral.

Comunicación fluida, más bien a lo interno entre las instituciones, no aventar por partes el estudio de la CC como si fueran palotes, con propósitos extraños, que reditúan flaco en relación al citado organismo y sospechas ingratas que confluyen a contraer la confianza del electorado en el proceso de armar la justa comicial de elecciones intermedias de 2010, fue lo que estimó y recomendó a la CC la JCE. Correcto.

Las obras que construye la JCE para apuntalar las infraestructuras físicas de la institución fueron asignadas por licitación, para comenzar, cuando el doctor Roberto Rosario, que preside la CA del tribunal electoral, endosó a la CC usar documentos invisibles con el argumento de inculpar procederes indebidos o inconductas inexistentes y alienígenas la CA.

Defectos operacionales bancarios con más de un año de emisiones por RD$282,068.97 identificó la JCE en procederes de los cuales está exenta. No aplican.

Entre un fárrago de auditorías que siempre dice realiza la CC pero que concluyen con el ritmo de un suero de miel de abejas y en aguas de borrajas, es sorprendente que la CC dilucide en los medios de comunicación fragmentos de una pesquisa, procedimiento que no ocurre con todas las que tiene pendientes de fallar.

El acta de nacimiento de este affaire es posible identificarlo en aspiraciones soterradas internas en la JCE con pretensiones desplazantes, un corcoveo que su notable inteligencia, Roberto Rosario debe haber comprendido como juicios apriorísticos que no compaginan con la verdad de lo que se pretende en su contra.

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