UBI RIVAS
Así se intitula un artículo vertido en la revista El Leoncito, órgano de difusión de las empresas E. León Jimenes de fecha abril-junio 2006, que conservo y que forma parte del conjunto de datos que recopilo para una obra que es mi desafío para conmemorar el quinto centenario de la reina Juana de España proclamar villa a Santiago de los Caballeros, el 07-12-1507.
Fueron 80 tareas que Eduardo León Jimenes cultivó de tabaco en Don Pedro, Guazumal, provincia de Santiago, que originó en 1903 la manufactura de habanos La Aurora y hoy, 105 años de discurrir, es la empresa más admirada por los dominicanos.
Pero no porque los León Jimenes primero y León Asensio luego fuesen y son gente de una bondad comprobada, sino porque son justos, lo primero si queréis ser libres como reiteraba el Padre de la Patria Juan Pablo Duarte, sino además porque son sencillos, evalúan profundo y rápido la condición humana, interactúan con sinceridad con el prójimo, no son zalameros pero sí equitativos, creen en la gente, nunca insultan ni menosprecian y por sobre todas las condiciones humanas enaltecientes, son unidos, cero polémicos, cero rompegrupos, cero pedantes. Todas esas condiciones humanas se mezclan o ligan como definen los albañiles, y entonces se obtiene la escultura plena de la excelencia y el éxito, ese made self man de que hablan los yanquis.
Esas reflexiones las hilvano a propósito de José León Asensio, el menor de la prole de Eduardo León Jimenes y María Asensio de León (doña Mayún), disertar en el capítulo de Egresados de la PUCMM, el 30 de abril último.
El éxito, acotó José León Asensio, se debe a principios de familia que incluyen la valoración de todas las personas que nos acompañan, cuidar el clima laboral de respeto y armonía que propicie el crecimiento de la creatividad.
En esa disertación hay una enjundia aleccionadora, que idéntico al catálogo de Pepín Corripio expuesto el lunes pasado en esta columna, servirá en mucho a muchos para muchas estrategias útiles conectadas a la excelencia.