Es evidente que nadie, sea exfuncionario, diputado, senador, ejecutivo de una firma consultora internacional o el famoso hombre del maletín y los mil rostros va a reconocer que recibió sobornos de Odebrecht, o que se benefició por la izquierda de las sobrevaluaciones de las obras que construyó en el país porque se lo pregunte, con la amabilidad propia de un niño bien educado, el Procurador Jean Alain Rodríguez. Es por eso que a la salida de cada interrogatorio los interrogados replican el bíblico gesto de Poncio Pilatos de lavarse púdicamente las manos, y con carita de yo no fui y mirando directamente a las cámaras se declaran mas inocentes que una monjita de clausura. Mientras tanto el tiempo pasa, los días se convierten en semanas y las semanas en meses, y siguen sin conocerse los nombres de los beneficiarios de los 93 millones de dólares que la constructora brasileña admitió haber pagado a intermediarios y funcionarios dominicanos para asegurarse la adjudicación de obras. De todas maneras la pasarela continúa esta semana, por lo que mañana miércoles estarán desfilando por la Procuraduría legisladores que tuvieron algún vínculo con los proyectos adjudicados a Odebrecht. Y por lo que se ha filtrado de la investigación, todo indica que tendremos que ver la misma película con los mismos actores aunque nos mate el aburrimiento, incluido el final feliz previsible: todos inocentes, hasta que les demuestren lo contrario. Por suerte eso cambiará a partir de junio, cuando la Procuraduría General de Brasil empezará a enviar a los países solicitantes toda la información relativa a los sobornos que pagó la constructora brasileña y quiénes los recibieron. Será entonces, solo entonces, cuando sepamos los nombres de los actores que dominarán la escena nacional como protagonistas de la segunda entrega de la saga Odebrecht, que promete ser un éxito de taquilla y no solo por lo sugestivo de su título: La hora de la verdad.