La sal, mineral compuesto por sodio y potasio, se encuentra presente en la cocina y la mesa para sazonar y conservar alimentos.
El cuerpo necesita de la sal para funcionar correctamente y de acuerdo con MedlinePlus, servicio informativo sobre la salud producido por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., se hace necesario su consumo para:
- Controlar la presión arterial y el volumen sanguíneo.
- El correcto funcionamiento de los músculos, los nervios y las células.
- Mantener el volumen plasmático y un equilibrio adecuado de los líquidos, acidobásico y electrolítico.
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Por lo que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un adulto al consumir diariamente menos de 5 gramos de sal (un poco menos que una cuchara de té) contribuye a disminuir:
- La tensión arterial.
- El riesgo de enfermedad cardiovascular.
- El accidente cerebrovascular.
- Un infarto de miocardio.
- La hipertensión arterial.
Alimentos con sal natural y sal agregada
Cabe mencionar que en algunos alimentos la sal puede ser agregada y tienden a tener altas cantidades, tales como:
- Alimentos procesados, como: carnes curadas o ahumadas, tocino, salchicha, jamón y salami.
- Anchoas, aceitunas y encurtidos.
- Salsa de soya, jugos de tomate y otros vegetales, y la mayoría de los quesos.
- Muchos aderezos y mezclas de aderezos para ensaladas embotellados.
- La mayoría de los refrigerios, tales como: papitas fritas, galletas, palomitas, y otros.
- Comida rápida como: pizza, hamburguesas, hot dogs, burritos y tacos.
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También la sal se presenta naturalmente en los alimentos y en cantidades adecuadas. Algunos de estos son:
- Carnes, pollo o pavo y pescados frescos.
- Verduras y frutas frescas o congeladas.
La OMS recomienda consumir alimentos frescos y bajos en sal (menos de 5 gramos diarios) o sin ella.