La salida de Danilo

<p>La salida de Danilo</p>

ANTONIO PEÑA MIRABAL
La salida del licenciado Danilo Medina del gobierno que encabeza el doctor Leonel Fernández, constituye el acontecimiento político más importante del período post electoral del año que casi termina. Danilo es visto como el armador político del gobierno, la voz que siempre estuvo respondiendo los ataques de la oposición, porque el presidente Fernández se dedica a los asuntos del gobierno, como debe ser.

Sustituirlo en esa tarea es una misión difícil, porque se necesitan cualidades excepcionales, que pocos muestran. En Danilo se conjugan la sapiencia, la mesura, pero sobretodo, la conciencia de ser un hombre de Estado que actúa en consecuencia. Nunca le vimos desbordarse en declaraciones, mucho menos en actuaciones al frente de la posición más influyente que tiene el gobierno, después de que la ocupa el presidente Fernández.

La salida del licenciado Danilo Medina del gobierno, para buscar la candidatura presidencial del 2008 por el PLD, le ofrece una oportunidad histórica a ese partido para demostrar que en verdad ha cumplido la mayoría de edad en el manejo de sus asuntos internos. Su salida sin estridencias del gobierno, es un indicativo claro de que ese es su gobierno, con el cual, aún estando fuera, tiene responsabilidades hasta el último momento de su existencia. Fue un acto de honestidad y elegancia política, porque pudiendo seguir utilizando las influencias que oferta la Secretaría de la Presidencia. Esta decisión lo engrandece y lo equipara a la tomada por el profesor Juan Bosch, cuando finalizando el proceso electoral del año 2004, y ante las limitaciones físicas que ya evidenciaba, decidió entregar la dirigencia del PLD a su Comité Político, quien hasta el momento ha dado cátedras de dirección política.

Tal como afirmé en un artículo anterior sobre la candidatura presidencial del PLD para el 2008, el tema de la reelección debe ser objeto de un amplio debate que involucre a toda la organización, y no una imposición palaciega. Ella dependerá del curso que tome el país de aquí a finales del año venidero, porque para nadie es un secreto que el factor económico es determinante. La masa votante compromete su voto con el que le garantice mayores niveles de prosperidad. En estos países todavía la gente vota pensando con el estómago, sin importarle que se construya un Metro para la ciudad de Santo Domingo, o que se coloquen pizarras virtuales en cada aula del país.

Danilo y Leonel han dado demostraciones de empatía entre ellos, como nunca antes se había observado entre dos líderes políticos de un mismo partido. Han actuado con inteligencia política siempre, por lo que no veo motivos para que ahora no lo hagan, sobretodo tratándose de un tema tan espinoso como el de la candidatura presidencial del PLD, a la que aspiran ambos. Favorece a la democracia dominicana que sigan actuando de esa forma, porque lo que menos le conviene al país, y ni pensar al PLD, es un enfrentamiento descarnado entre estos dos colosos de la vida política nacional. Es por ello que ambos deben contenerse a los adeptos que siempre, en situaciones como las actuales, quieren sobreactuar pretendiendo ganar simpatías. Ellos dos deben evitar ser llevados por otros a terrenos indeseables e inciertos. Ellos dos tienen el suficiente poder en sus manos para impedirlo. De ellos dos depende el futuro del PLD y su permanencia en el gobierno más allá de agosto del 2008.

El momento por el que atraviesa el país y el gobierno no es el mejor, por lo que propiciar situaciones adversas a lo interno del partido oficial, puede agudizar la situación y crear un ambiente desfavorable a las intenciones gubernamentales y partidarias. No desesperarse es lo aconsejable. El país requiere del orden y la disciplina económica que ha impuesto el PLD. El país necesita que continúe la estabilidad macroeconómica. El país está obligado a seguir cercando el delito y el crimen organizado. En fin, el país necesita que el PLD lo siga gobernando y para ello debe superar con éxito y sin traumas, la prueba de la definición de su candidatura presidencial del 2008.

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