La salida del conflicto afgano, un quebradero de cabeza para Obama

La salida del conflicto afgano, un quebradero de cabeza para Obama

WASHINGTON (AFP) – La estrategia de salida del conflicto afgano se está convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza para el presidente estadounidense Barack Obama, enfrentado a una serie de reveses, a su homólogo afgano furioso y a una opinión pública cansada de la guerra.

El objetivo de dejar a finales de 2014 un Afganistán dotado de un gobierno estable, capaz de garantizar la seguridad en su territorio y evitar un renacimiento de Al Qaida se pone cada vez más en duda.

Ejemplares del Corán quemados, una matanza de 16 civiles por un soldado estadounidense, soldados afganos volviendo sus armas contra sus colegas de la fuerza internacional… la multiplicación de incidentes ha tensado un poco más las relaciones entre el presidente Hamid Karzai y su homólogo estadounidense, y llevó a muchos a preguntarse si la guerra todavía vale la pena.

El anuncio hecho el jueves por los talibanes de que se retiran de las conversaciones iniciadas con Estados Unidos para poner fin al conflicto no ha ayudado, mientras que la esperanza de una solución negociada es la única opción viable para después de 2014, según varios analistas.

La transferencia el viernes a una prisión militar en Estados Unidos del presunto asesino de 16 civiles afganos indignó a Hamid Karzai. Criticó la falta de cooperación estadounidense, que «ya no puede ser tolerada», obligando a Obama a llamarlo dos veces durante la semana.

En tanto, los precandidatos republicanos Mitt Romney y Rick Santorum criticaron el domingo la decisión de Obama y lo acusaron de «debilidad».

«Nuestro presidente tiene una parte de responsabilidad por su falta de liderazgo en las relaciones con Karzai y las autoridades locales, debido a su relativo distanciamiento de los comandantes militares desplegados», estimó el ex gobernador de Massachusetts.

Para Romney, «como vimos en Irak», la política del presidente Obama en Afganistán parece encaminarse hacia una retirada antes de que los objetivos iniciales sean concretados. Santorum, por su parte, criticó a Obama por haber fijado «un calendario» para la retirada de Estados Unidos.

«Si uno quiere ganar una guerra, no se puede hacer lo que hace este gobierno, en particular contra la insurgencia, porque esto le da esperanza de poder continuar» a partir de 2014, explicó durante el programa televisivo This Week en la cadena ABC.

Para Moeed Yusuf, del Instituto estadounidense por la Paz (USIP, por su sigla en inglés), ante estos reiterados incidentes cada vez es más difícil para los dos jefes de estado estar «en la misma longitud de onda».

«Si esto sigue así, no veo cómo se puede mantener esta estrategia, que depende en gran medida de la buena voluntad del afgano medio», dijo a la AFP.

El anuncio de Hamid Karzai, del que después dio marcha atrás, de que Kabul tiene previsto asumir la seguridad del país en 2013 en sustitución de la OTAN, y no a finales de 2014 como estaba previsto, se suma a las dudas sobre la capacidad de la fuerza internacional para cumplir su misión de garantizar la seguridad del país.

«En el mejor de los casos, será un callejón sin salida», opina Stephen Biddle, del Council on Foreign Relations (CFR), aludiendo a la situación militar posterior al retiro de las fuerzas de la coalición.

«Yo no creo que nadie puede esperar razonablemente que las fuerzas afganas sean capaces de expandir las zonas de seguridad que les devolvamos», dice.

Como muchos estadounidenses, algunos expertos creen que es hora de dejar de gastar y adoptar una estrategia que limite la exposición al peligro de 90.000 soldados estadounidenses y 30.000 de la OTAN en terreno afgano.

Según Charles Dunlap, de la Universidad de Duke, para limitar la presencia militar extranjera en Afganistán, sería necesario que los soldados afganos fueran entrenados fuera del país.

«Lo que estoy proponiendo es una presencia mucho menor, con los afganos como jefes de filas. Estamos yendo hacia ahí, pero debemos hacerlo más rápido», explica. Estados Unidos debe retirar 23.000 hombres de Afganistán hacia fines de verano (boreal).

Barack Obama ha reiterado que no hay planes de cambiar de manera sustancial esta estrategia, pero muchos prevén recortes de efectivos suplementarios en 2013. En pleno año electoral, Obama se muestra orgulloso de haber puesto fin a la intervención de Estados Unidos en Irak y espera poder sacar a los soldados de Afganistán.

Según una encuesta realizada por la cadena ABC, el 60% de los estadounidenses cree que la guerra no merece la pena.

Pero también sabe Obama que las repercusiones de una retirada precipitada podrían tener consecuencias nefastas que tendría que enfrentar durante un eventual segundo mandato.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas