La salud de los dominicanos: en manos de nadie

La salud de los dominicanos: en manos de nadie

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Las libras vienen, se van y regresan como si jugaran ping pong con el cuerpo. Cuando se supera la barrera de los 40’s, sobre todo si a las hormonas les da por divertirse, la lucha es titánica. Por ello, en ocasiones, todas hemos pensado alguna vez en esos medicamentos mágicos que se ofrecen como la panacea para perder las libras que nos sobran.
Por fortuna me sobra más miedo que peso porque, la verdad, son muchas las historias que se han visto con médicos y tratamientos para rebajar. La última que hemos visto es la de la Sibutramina, un compuesto que ha sido retirado del mercado dominicano esta semana a causa de los efectos secundarios que produce.
En principio la prohibición es excelente. Lo terrible llega cuando se sabe que más de veinte países habían tomado esa decisión en el año 2010, cuando se comprobó que la Sibutramina provoca daños cardiovasculares. ¿Cómo Salud Pública se entera de ello seis años y medio después? Los endocrinólogos, al menos, ya lo sabían.
Lo de esa medicina no es lo único que se ha visto estos días. Más grave es que haya ocho médicos del hospital Cabral y Báez afectados de tuberculosis porque en el centro no tengan un área de aislamiento para tratar a los enfermos. ¿Qué sistema de salud es este que no protege a sus médicos? Es inaudito que las autoridades no estén de lleno en ese hospital tomando las medidas necesarias. Pero, ¿a quién le importa cómo trabajan los médicos? De importarles jamás habrían iniciado la remodelación de 56 hospitales al mismo tiempo, manteniéndolos en horribles condiciones. La salud de los dominicanos está en manos de nadie.

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