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Entrar de súbito a una caballeriza da como resultado un sobre salto que puede ser la causa de una lesión al caballo o al que lo maneja.
Por su puesto, que es cuestión de temperamento, no hay una constante, sin embargo, algunas razas se caracterizan por ser más nerviosas, tal es el caso de un pura sangre, pero muchos caballos “se hacen nerviosos” y no es más que el producto del mal manejo. El temor se describe cuando uno se acerca, los golpes, gritos, etc., a veces empleados por algunas gentes que no tienen el correcto método se manifiestan en la actitud que adopta cuando uno entra a la caballeriza.
El pobre caballo se va hacía una orilla, de la jaula, tiembla “pela los ojos” esperando agresividad del hombre. Es responsabilidad del caballista ver que no se golpee sin motivo, con fuerza, ellos nos ganan el agradecimiento un buen trabajo siempre se descubre, pues hay comunicación en la relación de hombre y caballo.
Las correctas instalaciones son vitales, la caballeriza, las cercas, puertas, cama, deben ser seguras, una cortada por un clavo salido de la alambrada, dejan baldado por siempre al animal. Los fanáticos le gusta este tema.