Hoy 
El tema salud tiene en nuestro país unos contrastes extremos. Por un lado estamos a la par con países muy avanzados en cirugía cardiovascular y renal, pero nos colocamos al nivel de los más atrasados en mortalidad materna y pobre cobertura a través de la seguridad social, que ya sobrepasa una década de vigencia. Dengue, cólera, malaria y leptospirosis son nombres grabados con tinta indeleble en la lista de endemias que no hemos logrado controlar con el mismo éxito alcanzado en la lucha contra el sarampión y la poliomielitis.
En pleno siglo 21, estos contrastes no le sientan bien a un país que se ufana de crecimiento económico sostenido y de estar blindado contra crisis internacionales que han arrodillado a las economías más fuertes.
Por tanto, el año 2013 impone serios desafíos en materia de salud. Amarilis Herrera, presidenta del Colegio Médico Dominicano; Rafael Mena, presidente de la Asociación Nacional de Clínicas Privadas, y Jesús Feris Iglesias, director de Infectología del hospital infantil Robert Reid Cabral consideran que el Gobierno se enfrenta al reto de universalizar la seguridad social, ampliar la cobertura de los que ya tienen, descentralizar el sistema y reducir mortalidad materna, dengue, cólera, malaria y leptospirosis.
Es decir, atenuar la severidad del contraste entre nuestros importantes progresos clínicos y la pobreza de la gestión contra males de atención sanitaria elemental.
Santiago: basura y abandono
La Ciudad Corazón está bajo asedio de la acumulación de basura y el abandono de sus lugares públicos.
La desatención de los servicios de limpieza y mantenimiento del ornato se ha impuesto de un tiempo a esta parte, haciendo de esa hermosa ciudad un paisaje deprimente. La recogida de basura ha caído a su más baja expresión y algunos lugares públicos ahora son refugio de drogadictos y alcohólicos, de vagos y maleantes.
Es una verdadera afrenta que una ciudad de gente tan laboriosa y progresista, tan orgullosa de la hermosura y limpieza de su Santiago, tengan que soportar este panorama.
La autoridad municipal está en el deber de responder a esta situación con acciones que hagan desaparecer de la vista los vertederos de basura y que permitan recuperar los lugares públicos, para disfrute sano de los munícipes. No hay lugar para pretextos ni argumentos.
