Nuestra Feria Internacional del Libro, que inició el pasado martes, tiene una dedicatoria especial a la Santa Sede, porque este año se cumplen 500 años de la evangelización de estas tierras.
Hay dos términos que están íntimamente relacionados: Santa Sede y Ciudad del Vaticano; tienen en común que en ambas la máxima autoridad es el Papa. Pero la primera hace alusión a la sede apostólica del sumo pontífice como cabeza de la Iglesia Católica y la Ciudad del Vaticano es el estado soberano, donde tiene su asiento la Santa Sede, que tiene personería jurídica, mantiene relaciones diplomáticas con los demás países y el Papa es su máximo líder.
En el Vaticano se encuentran la plaza y la Basílica de San Pedro, los museos del Vaticano y la Capilla Sixtina.
Los museos albergan los tesoros más importantes de la Iglesia Católica. El símbolo más conocido del Vaticano es la basílica de San Pedro, el primer papa.
La Basílica es la iglesia oficial del Papa, donde él celebra las ceremonias litúrgicas más importantes. En su interior se halla la Cathedra Petri, o Trono de San Pedro y en ella se encuentra enterrado el apóstol Pedro, padre fundador de la Iglesia Católica, así como todos los papas de la historia.
El altar mayor se le llama también altar de la confesión por estar encima de la tumba de San Pedro. En el fondo hay un enorme trono de bronce, conocido como la Catedral de Pedro, símbolo de la potestad del Papa que contiene restos de una silla de madera que usaba el apóstol San Pedro.
En las seis salas de los museos se concentran los tesoros más valiosos e importantes que la Iglesia ha logrado reunir a lo largo de toda su rica historia.
Entre los principales lugares se encuentra la Pinacoteca donde se aprecian 460 cuadros de artistas como Giotto, Perugino, y Rafael, entre otros de la misma talla.
El museo Misionario Etnológico reúne 100 mil obras y objetos regalados a los papas por personalidades de todo el mundo. En ella se observan piezas provenientes de las colonias españolas en América y África.
La estancia de Rafaello forma parte de los aposentos del Palacio Pontificio y muestra objetos utilizados por antiguos papas. También allí están el Museo Gregoriano Egipcio y el Museo Gregoriano Etrusco.
La Capilla Sixtina debe su nombre al Papa Sixto IV, quien ordenó pintar las paredes y techo de la antigua Capilla Magna en 1477 a famosos pintores, pero el Papa Julio II decidió modificar esa decoración y le asignó la tarea a Miguel Ángel.
Y otros de los tesoros es la Biblioteca Apostólica Vaticana, una de las más antiguas y valiosas del mundo, que tiene un patrimonio de 150.000 volúmenes manuscritos, un millón de libros impresos, de los cuales unos 8400 son incunables, es decir, fueron hechos antes del siglo XVI.
Además, contiene alrededor de 74.000 legajos de archivo y 300 mil medallas, monedas, estampas y grabados. Hay joyas valiosísimas, como el papiro de Bodmer, que reproduce los evangelios de Lucas y Juan.