La sede fantasma de los Juegos de Invierno-2022

La sede fantasma de los Juegos de Invierno-2022

TAIZICHENG, China. Plantada en un flanco de una montaña pelada, una bandera roja marca el lugar del futuro trampolín donde China espera que se lancen los saltadores de esquí en los Juegos de Invierno en 2022, pero Taizicheng deberá dar un salto gigantesco para albergar el evento.

En un valle barrido por un viento glacial, Taizicheng no es por el momento otra cosa que una aldea de un centenar de casas en ruina de donde se escapan fragmentos de música tradicional llevados por la brisa.

En la colina de enfrente, donde se celebrarán las competiciones de biatlón, solo los campesinos que se hunden con sus zuecos de madera dan señales de vida. Es en este lugar, por ahora fantasmagórico donde, según la candidatura presentada por Pekín, se jugarán una treintena de medallas de oro en las disciplinas nórdicas.

Antes, esta aldea sufrirá una metamorfosis para convertirse en una moderna villa olímpica, incluida una estación de tren de alta velocidad.

A seis meses de la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI), “Pekín-2022” parece favorita una vez que se retiraron todas las aspirantes europeas, por lo que solo queda en liza la ciudad kazaja de Almaty.

La capital china tiene el poder financiero y el apoyo político de un régimen unipartidista que presume de un apoyo popular masivo en favor de su candidatura.

Sin embargo, no existen instalaciones de alto nivel para las competiciones al aire libre, la nieve es escasa y más aún lo es la tradición de los deportes de invierno.

En las montañas al norte de Pekín apenas nieva un metro cada año y una media de 21 cm en Zhangjiakou, la prefectura cercana a Taizicheng. En Yanqing, donde se prevé celebrar las pruebas de descenso de esquí, apenas caen 5 cm de nieve.

“Creo que desde un punto de vista de condiciones naturales, realmente no es el mejor lugar para las grandes competiciones del invierno, al menos para los deportes de nieve”, admite Fabio Ries, director general del Dolomiti Mountain Resort, una de las pequeñas estaciones de esquí construidas en esa zona en los últimos años.

Ambición contra contaminación. Sin embargo, las autoridades chinas han diseñado un ambicioso proyecto para vestir esas montañas desnudas con instalaciones deportivas de nivel olímpico unidas a Pekín, a 200 km al sudeste, por un sistema de tren de alta velocidad en 50 minutos.

Las autoridades también estudian cómo acabar con la espesa capa de contaminación que con frecuencia cubre la región, procedente del cinturón industrial situado al norte.

Si Pekín es designada sede de los Juegos de Invierno para 2022, se construirá una nueva estación de deportes de invierno en el monte Xiaohaitou, cerca de Yanqing, con una pista de un desnivel de 830 metros, justo por encima de los 800 metros que requiere la Federación Internacional de Esquí para las pruebas de descenso masculinas.

La estación estará equipada con un sofisticado sistema de nieve artificial que le colocará “al nivel de (las pistas) del monte Fuji”, en Japón, asegura Ma Jinghua, de la comisión encargada de la candidatura de Pekín. Yanqing albergará también las pruebas de “bobsleigh”, disciplina para la que no existe aún ninguna instalación… ni siquiera selección china. Para el presidente del país, Xi Jinping, una victoria de Pekín daría luz a 300 millones de nuevos “fans” de los deportes de invierno.

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