LA SEGURIDAD EN REPÚBLICA DOMINICANA, UNA ESPERANZA PERDIDA

LA SEGURIDAD EN REPÚBLICA DOMINICANA, UNA  ESPERANZA PERDIDA

Cristian Mota

Cuando los titulares de los diarios de los medios de comunicación tanto impreso como en las redes son: “Matan coronel de la Policía Nacional durante tiroteo frente a punto de drogas en Baní”; “Hallan tres cadáveres en La Romana, dos de estos calcinados”; “Dos delincuentes muertos y un policía herido durante enfrentamiento en Haina”; Residentes en Arroyo Hondo alertan con letreros zona de asaltos y “Aquí en Baní la droga es libre. Eso aquí es como ir al mercado, nos dice que la esperanza está perdida.
Pareciera indicar que los cuerpos de seguridad no hicieran nada para controlar la situación de inseguridad y violencia que existes en el país.
Si a todo esto les agregamos la denuncia de los avicultores de Licey al medio y Moca que debido a los constantes robos y atracos de que son víctimas por parte de los delincuentes decidieron formar “patrullas armadas para la protección de sus empresas.
Esta medida tomada por los avicultores, nos da una lectura desafortunada para la seguridad del estado dominicano, es un llamado a reforzar la seguridad del país.
Cuando un pueblo decide crear sus propios cuerpos de seguridad, es decir la justicia por mano propia, es porqué una anomalía institucional, donde las personas en lugar de legitimar y acudir a las instancias que han sido creadas con la finalidad o con el propósito de resolver los conflictos, deciden resolverlo por sí mismas.
Estos hechos de crear un cuerpo de seguridad por mano propia suceden en contextos donde los ciudadanos perciben que los cuerpos de seguridad y la ley no cumplen sus funciones mínimas.
La sociedad dominicana exige con hechos como la iniciativa de los avicultores, que exigen una seguridad que garantices sus inversiones y la de Licey y Moca.
También hay que destacar la denuncia de los residentes del barrio Los Ramírez en Arroyo Hondo Segundo, pues que los delincuentes han implantado el terror en la zona, ejecutando asaltos día y noche, es por ello que decidieron colocar en los postes de luz, letreros con la inscripción “Zona de Atraco” para alertar del peligro a los que transitan por el lugar.
Y la respuesta que recibieron de las autoridades es retirar los letreros porque durante dos años esa dependencia no ha recibido denuncia por asalto, sin embargo algunas personas aseguran que deciden no querellarse por temor a que los delincuentes tomen represalia.

Esta situación podría conllevar a la ciudadanía a tomar la justicia por sus propias manos, pues esto responde a la indignación, que se detona cuando una comunidad ha estado expuesta a la violencia, y que de alguna manera sobrepasa su capacidad de tolerancia.
Critiqué la acción realizada por miembros del Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO) donde lanzaron fundas con excrementos al edificio que aloja a la Suprema Corte de Justicia y la Procuraduría General de la República, pero la realidad es que nuestro sistema de seguridad necesita un cambio.

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