La seguridad  Jurídica tiene  dos filos

La seguridad  Jurídica tiene  dos filos

JOSÉ LUIS DE RAMÓN
El único factor por el que podemos detectar con los ojos cerrados si un país es desarrollado o no, es por su grado de institucionalidad. Los países petroleros árabes, por ejemplo, son ricos pero son subdesarrollados. El respeto de la ley y de las instituciones es, por tanto, un factor determinante para el desarrollo.

Mucho hemos pedido (aunque con poco éxito, debo agregar) licitaciones públicas, instauración de la carrera civil, independencia de instituciones como el Banco Central, así como respetar contratos y disposiciones amparados por ley. 

Creo un gran logro de mi generación, particularmente del empresariado organizado, el que nuestra sociedad esté consciente y lista para criticar e incluso movilizarse, cuando el Estado viola derechos legalmente adquiridos sobre la propiedad, en materia tributaria o fiscal, en contratos con el Estado o en la formulación de política pública.

Ayuda, además del desarrollo de nuestra conciencia ciudadana, el hecho de enterarnos. Hay dolientes con nombre y apellido cuyo interés esta siendo afectado, tienen acceso a la prensa o a una embajada y gritan fuerte; y todos nos identificamos con este doliente, grande o pequeño, porque nos hemos sentido alguna vez abusados por el Estado, aunque sea por una EDE o por un AMET.  

Lo que no veo tan claro son los esfuerzos que hacemos como sociedad, en cuanto a critica y movilización, para exigir la corrección de la otra gran violación de la seguridad jurídica, aquella donde el Estado permite que se mantengan situaciones que violan la ley, ya sean contratos o disposiciones, que benefician a unos pocos pero que perjudican a muchos.

Permisos y contratos donde, fuera o en violación de la ley, a empresarios y ciudadanos nos hacen pagar de más por bienes o  servicios; donde, materialmente, se impide que vengan a competir nuevas empresas que aumentarían la competencia, por haberse dado concesiones de explotación de largo plazo, y otras tristezas que retrancan el desarrollo

Quizás es porque no nos enteramos, o no conocemos los detalles y no queremos equivocarnos; o asumimos que el Estado actúa sin razón, por esa desconfianza intrínseca que le tenemos; Quizás nadie persevera porque no hay un interés concreto que defender. Pero de alguna manera, especialmente el empresariado organizado, debe reclamar este otro tipo de seguridad jurídica, si quiere ser competitivo y sobrevivir.

Porque la seguridad jurídica es lo más importante para el desarrollo de nuestro país, el Estado debe velar por quien realmente tiene el derecho dentro de la ley. La ley debe proteger a los empresarios tenedores de contratos, pero también al resto del empresariado y a la ciudadanía.

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