La Seguridad Social y las expectativas por llenar

La Seguridad Social y las expectativas por llenar

Con su salida del cascarón, hace 24 años como nueva entidad para no insistir más en echar adelante al Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) que nunca llegó a servir de mucho, comenzó un intento estatal de gran potencial por el diseño previsto para generalizarles a los trabajadores un sistema de protección a la salud y a su etapa de retiro. Se trató de un salto cualitativo que a pesar de su importante magnitud, su cortedad asistencial se ha agudizado con el paso del tiempo aunque se expandiera institucionalmente en afiliaciones que la universalizan de manera ideal pero fundando sus operaciones en una corresponsabilidad público-privada que debe ser perfeccionada a mediano plazo. Sobre la marcha, y por las insatisfacciones que generan sus características originales, a las puertas del Sistema Dominicano de la Seguridad tocan enfáticas demandas de aplicar reformas estructurales a cuyas imperfecciones se atribuye no asistir integralmente a las familias. Sobre ellas se ha expandido el gasto promedio de bolsillo en que se incurre para enfrentar enfermedades que en numerosos casos requieren hospitalizaciones, estudios clínicos -ahora más efectivos pero mucho más costosos – y acceso a medicamentos más confiables surgidos del progreso científicos que, con todo y seguro, resultan absolutamente prohibitivos a causa de unos copagos de rampante unilateralidad que restan alcance social al régimen de protección.

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Como nunca antes, los hombres y mujeres de trabajo están, en gran número, convertidos en ahorrantes que aportan a mecanismos pensionistas de exitosa capitalización individual -tanto para el afiliado como para las fuentes financieras que convienen al país- y que rinden utilidades superiores a las de la banca tradicional, lo que tiene a la masa laboral dominicana constituida en una de las bases de la inversión que hace crecer la economía. Sin embargo, por la forma en que están configuradas las administradoras y sus opciones para hacer crecer los valores que manejan, no garantizan planes de pensiones que cubran las necesidades de quienes se han pasado toda una vida trabajando. La limitaciones de una Seguridad Social que efectivamente puede dar mucho más al pueblo dominicano, constituyen una dramática cuenta pendiente que obligan a cambiar sus cimientos… y no muy tarde.

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