La Semana Santa

La Semana Santa

Cada Semana Santa conmemoramos lo que los estudiosos del cristianismo llaman “el Hecho de Cristo”. La muerte de Cristo en El Calvario y la Resurrección del Hijo de Dios constituyen, en conjunto, la base de la fe cristiana, el centro de una visión de la vida que establece uno de los fundamentos de la Civilización Occidental. De aquí su importancia, su valor, y la dimensión que se le atribuye en los territorios cristianizados.

La Semana Santa es, en su expresión teológica, un tiempo de sacrificio redentor, una muestra del sublime amor de Dios por la Humanidad, un amor sin condiciones que hace posible la entrega de Jesús, el Hijo, para que muera en la cruz, de manera vicaria, en aras de salvar una humanidad pecadora. Por aquí anda la antropología cristiana.

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Es el Cristo que resucita en día domingo, el día de la Resurrección. Y aquí se encadenan, como si fuera una metáfora, el viernes sacrificial con el domingo de victoria. Es el péndulo de la humanidad, el sacrificio y el triunfo.

Como todo hecho humano, como todo hecho con dimensiones culturales, la conmemoración del llamado asueto de Semana Santa ha estado sometida a variaciones, a cambios, según lugares y épocas. En estos tiempos de búsquedas y de vacíos, hay distintas maneras de expresar nuestros sentimientos espirituales. Podría decirse que estos son los días de una espiritualidad secularizada.

Importa, pues, y para estar a tono con los tiempos, que cada cual observa este tiempo a su manera y de acuerdo a su comprensión de lo que significa la muerte de Jesús en El Calvario. Este es el pluralismo del presente.

Pero sea lo que fuere, la convivencia positiva y sin peligros no debe faltar. Todos los dominicanos y extranjeros residentes en esta hermosa tierra debemos esforzarnos para no convertir la Semana Mayor en un tiempo de accidentes, de extravíos, de necedades, de abusos conductuales y de irrespeto al prójimo. Que sea un tiempo de paz, de sosiego, de encuentros familiares, de espacios para fomentar la amistad y de recogimiento para disfrutar la fe cristiana.

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