La Serie Mundial de Béisbol en un solo país

La Serie Mundial de Béisbol en un solo país

El 24 de marzo último, el equipo de béisbol de Japón que participaba en el II Clásico Mundial de Béisbol, produjo una sorpresiva hazaña al conquistar el evento y coronarse  campeón.

El partido final para determinar el ganador se escenificó en el Dodgers Stadium de la populosa ciudad de Los Angeles, en un choque que se extendió por cuatro horas en diez entradas. Este evento de factura planetaria en el que concurrieron una veintena de países donde nunca había tradición de béisbol como Holanda, Italia, Francia y España, plantea una enorme interrogante, y es si en lo sucesivo podría denominarse con auténtica veracidad la “Serie Mundial de Béisbol USA” que se realiza en el famoso clásico de octubre entre los dos equipos ganadores de ambas ligas de béisbol de Estados Unidos. “Serie Mundial de Béisbol” de un solo país desde ya suena a inautenticidad, ausencia de veracidad y realismo de la verdadera acepción de categorizar ese evento deportivo, cuando son varios los países que han demostrado poderío beisbolero. Japón y Corea del Sur hace tiempo que formaron equipos de béisbol y cada país tiene su propia liga, adonde acuden peloteros de Estados Unidos, Dominicana, Puerto Rico, México y Venezuela.

Serán los expertos de béisbol, cronistas, magnates dueños de equipos, comisionados, quienes deberán pronunciarse en relación a la globalización del béisbol y determinar si Estados Unidos aún puede seguir tremolando que quien se impone en el clásico otoñal es campeón mundial de béisbol y si el clásico es la “Serie Mundial”. El Imperio del Sol Naciente primero desbancó a Estados Unidos de la preferencia por los automóviles de Chevrolet y Ford a Toyota y Mitsubishi, electrodomésticos de Zenith a General Electric, Emerson y Silvanya a Sony, National a-Panasonic, Sanyo, Toshiba y Sharp. Cámaras y filmadoras de Kodak a Pentax, Minolta y Mamiya; el radio de onda corta Zenith Trans-Oceanic que pesaba más “que un matrimonio obligado” por uno de doce bandas de ocho pulgadas de largo y una de ancho, con sintonía perfecta. Corea  siguió el modelo del Mikado. 

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