La seriedad y la disciplina son parte de las claves del éxito de Albert Pujols

La seriedad y la disciplina son parte de las claves del éxito de Albert Pujols

Todos le preguntan lo mismo: ¿Por qué eres tan serio?

La curiosidad es legítima. Reboza de sobriedad y responsabilidad, desde sus penetrantes ojos hasta la barba que siempre mantiene prolija. Se conduce con los modales de un embajador, erguido y estoico. Emana seriedad.

De modo que volvemos a la pregunta: ¿Por qué?

Albert Pujols no lo puede explicar; no podría aunque fuese ducho con las palabras. De modo que da una respuesta en términos profesionales, discutiendo su trabajo y sus responsabilidades y la cuantiosa suma de dinero que los propietarios de los Cardenales de San Luis le pagan para que juegue en la primera base e impulse carreras. Todo lo que podríamos considerar como aspectos enemigos de la seriedad — jugar al béisbol como medio de vida, ser un jugador genial, ganar toneladas de dinero en el proceso — es la razón que da por la que es tan serio. «En nuestro trabajo no tienes que perder el tiempo», dice. «Me pagan mucho dinero para jugar, sé que los demás esperan mucho de mí. Si estás sentado en una oficina y estás al mando de 200 empleados y no das el ejemplo, ¿crees que te podrán respetar? No».

Es el bateador más temido del béisbol, un hombre cuyos números ofensivos no son comparados con sus pares sino con todos los jugadores de la historia del béisbol. Su consistencia metronómica hace que sus estadísticas en nueve años de carrera se parezcan a un resultado de un contador poco creativo: Entre 32 y 49 jonrones, entre 103 y 137 carreras remolcadas, promedio de bateo entre .314 y .359.

Su peor año fue en el 2007, cuando bateó para .327, con 32 jonrones y 103 carreras remolcadas. Si los hubiese repetido todos los años, a lo largo de su carrera, esos números — de la temporada en la que peor le fue — hubiese hecho de Pujols un candidato para entrar en la primera votación en el Salón de la Fama.

Su eficiencia hace que sea difícil recordar que salió de la nada, como la selección de la 13ra ronda en 1999 (un desprecio que nunca olvidará), y que pasó un año en la menores antes de crecer a pasos agigantados en San Luis ya completamente desarrollado como novato en el 2001. En el juego de fantasía, Pujols es el Último Gran Dormido. Llegó antes del amanecer, cuando los prospectos aún se podían escurrir entre los rumores sin el prefacio eterno y expectativo de la NBA y la NFL.

Pero ahora, el béisbol se ha puesto al día; hoy por hoy ya no existen las revelaciones como Pujols, y los ha reemplazado la insistente oferta de posibles nuevas estrellas como Matt Wieters y Stephen Strasburg.

 La información y el interés han hecho que el elemento sorpresa se elimine de la ecuación.

Las frases

Todd Perry

La razón por la que hoy no está presente es que está del otro lado de la ciudad ayudando a personas con síndrome de Down».

Joe Mazzola

Albert cambió mi vida. Vi su forma de vivir y ha sido una inspiración para mí y para muchos».

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