En la hípica; la silla y el jinete son elementos esenciales que acompañados del caballo, ya conforman el equipo completo para practicar los deportes ecuestres. Jinetes hay muchos pero en el caballo sólo se puede colocar una silla y cuando te encuentras con un “pura sangre” hasta difícil es colocarle la silla para montarlo.
De igual forma, en la política dominicana existen muchos jinetes, pero sólo hay una silla .Siendo más específico, en el caso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), puesto que tal y como están las cosas el día de hoy, el candidato escogido por el PLD tendría muchas posibilidades de sentarse en la silla; pero ¿cuál sería?
El PLD cuenta con dos jinetes expertos que saben montar, bien o mal pero saben montar; en cambio tiene algunos jinetes en el banco a la espera de ser señalados, han tomado una que otra clase, pero siempre se caen en la curvita de la Paraguay.
Uno de ellos, alza el pecho y lleva traje a prueba de lodo por si se cae no ensuciarse; hay otro que por ser rico cree que tiene el derecho para ser escogido; otro que le quitó el puesto a Gedeón donde proyecta su figura detrás de una conferencia con las virtudes del actual presidente.
Existe otro que es bueno con las décimas, pero para sentarse en la silla hace falta algo más; se debe conquistar al público, que te aplauda desde la gradas y que a kilómetros sepa quién eres. Los dos jinetes experimentados ganan carreras, ellos afirman que todavía las piernas y los brazos responden como el primer día, pero el público ya no aplaude con el ánimo de antes.
Los que apuestan su dinero en las carreras de caballos, no sólo quieren un semental pura sangre, también quieren un jinete con fuerza y que tenga menos kilómetros recorridos, pero si no aparece un jinete nuevo con las condiciones exigidas, habrá que llamar a los dos jinetes expertos, y que se monte el que menos le pese al caballo…