La situación de nuestra deuda externa e interna

La situación de nuestra deuda externa e interna

El gobierno insiste en que el monto de nuestra deuda externa e interna no es alto y que es manejable, argumentando que como por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) representa una proporción similar a la de la mayoría de los países del continente.

Pero esa no es la forma de medir el asunto. Una cosa, por ejemplo, es un país donde la deuda externa e interna representa un 41% del PIB, pero la misma tiene un vencimiento promedio de 20 años, al 2% de interés y los recursos originados por la misma se han utilizado en proyectos transparentes que generan nuevas divisas e ingresos fiscales y otra cosa es un país donde la deuda externa vence, en promedio, en 7.7 años, con una tasa de interés promedio de 3.9%, que es el caso dominicano, a lo que habría que agregar una deuda interna también alta, sumando ambas un  41% del PIB.

Esa diferencia en el perfil de la deuda se debe al tipo de préstamos que nuestro país ha estado tomando.  Si el grueso de nuestros financiamientos hubiesen sido del BID, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Corporación Andina de Fomento, el USAID, de los Fondos FAD españoles, o del Banco Europeo de Inversiones, instituciones que para su otorgamiento de fondos blandos requieren de licitaciones y estudios bien realizados, entonces el plazo de repago de nuestra deuda sería largo y con intereses bajos.

Pero, lamentablemente, en nuestro caso la mayoría de los préstamos tomados desde el año 2000 han sido a bancos comerciales, con tasas de interés comerciales, más los bonos soberanos. Esas modalidades primero comenzaron a utilizarse durante el gobierno de Hipólito Mejía y luego han sido seguidas por el de Leonel Fernández.

Una proporción de esa deuda “dura” está representada por el financiamiento comercial del Metro, empresa que, además, requiere de subsidios del gobierno para su operación.  Es sólo cuestión de tiempo para que se anuncien otros grandes préstamos para la segunda línea del Metro (y tal vez el tren desde Santiago), al no aparecer capitalistas interesados en invertir en el proyecto. También vienen más bonos soberanos.

La deuda interna, es decir la pagadera en pesos, ha crecido mucho en los últimos cuatro años, representando ya un monto equivalente al 40% de la deuda total (60% externa y 40% interna). Son bonos emitidos por Hacienda y adquiridos por bancos y empresas locales vencen en promedio en apenas 2.4 años, con una tasa de interés del 13.2%.  Entre marzo de 2007 y marzo de 2010 nuestra deuda interna y externa del sector no financiero ha crecido un sorprendente 76%. Un 37% del total de la misma vence en menos de tres años. Este año, de cada peso que paguemos por concepto de impuestos el gobierno tendrá que destinar 40 centavos para repagar la deuda. De ahí que estará obligado a endeudarse por un monto por lo menos igual a la amortización de capital e intereses para poder seguir operando.

Hace 10 años nuestra deuda interna y externa apenas representante un 17% del PIB. Ahora un 41%, aunque cuando la crisis bancaria del 2003 llegó a un 43%.

La crisis económica mundial obliga a los países en desarrollo a endeudarse para salir del problema pero una cosa es hacerlo con préstamos blandos a los que ya hemos acudido y otra son los préstamos adicionales que se han estado tomando a bancos comerciales y al Banco de Desarrollo Brasileño para proyectos sin licitación y sin estudios adecuados. Los bonos soberanos pagan un 7.5% de interés y vencen en 10 años.

Lo correcto sería que nuestro Ministerio de Economía calculase cada año el monto adecuado de los nuevos endeudamientos y luego asignarlos según las prioridades de las obras. Sin embargo, en la práctica, los vendedores extranjeros de proyectos, con el apoyo de sus comisionistas locales, presentan a Palacio sus planes para hospitales, canales, presas, etc. que se convierten en nuevas deudas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas