La situación está como las vacas de Pepín

La situación está como las vacas de Pepín

TEÓFILO QUICO TABAR
Cotidianamente se suelen escuchar interrogantes sobre la situación económica del país sobre todo, porque mucha gente entiende que lo que dice la propaganda oficial no se ajusta a la realidad que ellos viven o sienten. A menudo nos piden opiniones en la esperanza de que sean lo más sensatas posible, y conociendo que no todos son especialistas en economía, a veces recurrimos a hacerles comparaciones con situaciones que han ocurrido y pueda llevarlos a sacar conclusiones claras y sencillas.

El jueves pasado luego de una práctica de deporte, surgió el tema de la situación económica y uno de los presentes hizo una pregunta en ese sentido, lo que aproveché para contarle algo que le ocurrió a un amigo, luego de haber comprado una propiedad en la que planeaba desarrollar un pequeño proyecto ganadero, para lo que le recomendaron un ganadero de la zona conocido con el nombre de Pepín, de mucha experiencia en la materia y que nada tiene que ver con los propietarios de este medio.

El amigo visitó al ganadero Pepín, quien amablemente comenzó a hablarle de lo bien que le iba en el negocio, la gran calidad de sus vacas y su magnífica producción lechera. Más adelante mi amigo le expuso su propósito de comprarle algunas de sus vacas para iniciar su proyecto. Pepín le contestó que como hombre de negocio, aunque le iba muy bien y no tenía sus vacas en venta, tratándose de una persona como él que quería progresar, le haría el favor de vendérselas con ciertas condiciones que aceptó.

Al principio mi amigo estuvo muy entusiasmado con el proyecto de las vacas, pero al cabo de dos años tenía más arriba de la cabeza las vacas y la propiedad por los problemas de alto costo, poco rendimiento y falta de tiempo, lo que lo impulsó a visitar de nuevo a Pepín, que conocía muy bien las vacas, a explicarle lo que le sucedía, tratando de que se las comprara o lo ayudara a venderlas, buscando recuperar lo invertido.

El ganadero Pepín, actuando ya no como vendedor, sino como comprador, desde que mi amigo llegó comenzó a hablarle de lo malo y difícil que estaban las cosas, poca lluvia, alimentos caros, caminos malos, además le alegaba que las vacas ya no estaban en las mismas condiciones en que las había vendido. Al final, haciéndole otro favor le dijo que se las podía comprar, pero por debajo del precio que mi amigo había pagado y con la condición de que las dejara pastando en su propiedad hasta que pudiera juntar el dinero, sin darle muchas esperanzas en materia de tiempo.

Al terminar de contarle a los compañeros de deporte lo que le había ocurrido a mi amigo, concluía diciéndoles, que la situación económica de país está según la vea, quien está vendiendo o quien está comprando. Y que si lo analizamos desde el punto de vista de las vacas de Pepín, están demasiado bien cuando están en su poder y muy mal cuando están en poder de otros.

Si las cosas estuvieran tan bien como dice la gente del gobierno, no tendrían que hacer tanta propaganda, pues las vacas se les venderían solas. A mayor inversión en propaganda para vender sus vacas, inversamente proporcional es la situación real de las mismas. Cuando están bien, se venden solas y sin promoción.

El problema es que todo lo que se dice acerca de la economía, sobre todo ahora, está ligado a la política, lo que no permite que se digan verdades ciertas, sino verdades acomodadas. Y las verdades acomodadas traen como consecuencia que la mayoría comience a dudar de la parte cierta de la verdad que pudiera tener, porque es difícil separarla de la parte acomodada. La cosa está buena pero no se vende. La cosa está floja, dura o apretada, que al final quieren decir lo mismo. El gobierno lo que quiere es vender sus vacas, pero a un precio que el pueblo pudiera no querer o no poder pagar.

Publicaciones Relacionadas