La soberbia en los funcionarios públicos

La soberbia en los funcionarios públicos

«La falta de respeto de los funcionarios por el ciudadano tradicional en este país se da, porque sientan a cualquiera detrás de un escritorio, sin importar la idoneidad».

Muchos funcionarios de entidades oficiales carecen de capacidad para el puesto que representan.

Hay servidores públicos que además de ser desatentos, no entienden que su función es orientar e informar al ciudadano que requiere de los servicios de una dependencia del Estado. Ellos se deben a la gente, y no al revés.

La soberbia de algunos funcionarios no les deja ver que sus posiciones tienen fecha de expiración.

Violar las leyes se ha hecho costumbre en nuestro país para muchos que llevan años abusando en sus funciones, incluso de los compañeros laborares que, aprovechando la jerarquía que tienen, les desconocen sus derechos.

La administración pública no es una empresa privada del incumbente; su puesto es para administrar la institución y cumplir las leyes sin soberbia.

Hoy, muchos están pensando en su accionar frente a la dependencia que les tocó dirigir, pues no tienen forma de justificar sus fortunas; mientras la angustia agobia a otros, porque duraron nueve años pisoteando a los empleados, sin darse cuenta que el tiempo pasa y que los documentos se guardan.

Esperamos que, con las buenas intenciones de las nuevas autoridades de transparentar el Estado, se les haga justicia a quienes por años violaron las leyes.

Las auditorías deben realizarse, y los que incumplieron deben ser castigados en la justicia.

A los nuevos funcionarios que se vean en el espejo de aquellos que sus acciones del pasado les persiguen, pero ya no tienen el tiempo de arreglar sus indelicadezas; la justicia tarda en llegar, pero llega, sea la divina o la terrenal, pero llega.

Termino con este versículo bíblico: Los soberbios se burlaron mucho de mí, mas no me he apartado de tu ley. Salmos 119: 51.

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