POR LLENNIS JIMÉNEZ
Monseñor Amancio Escapa, obispo auxiliar de Santo Domingo, dijo ayer que la población está tan desprotegida ante la violencia barrial y callejera que cuando sale de su casa teme que no regresará o será asaltada y robada en la vía pública. Monseñor Escapa dijo que la sociedad está falta de fraternidad, caridad y amor de los unos para con los otros.

En una homilía en la misa de celebración del Día de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona del pueblo dominicano, monseñor Escapa afirmó que la gente está afectada por el agua de la envidia, las rencillas y  violencia, por la falta de mucho vino de fraternidad.

Se refirió monseñor Escapa a lo lejos de Dios que se encuentra mucha gente y el desinterés que existe de seguir su prédica.

Monseñor Escapa concelebró la misa junto al párroco fray Máximo Rodríguez. Cientos de fieles llenaron el templo. La única persona que en representación del gabinete del gobierno asistió fue la secretaria de Educación, Alejandrina Germán. Estuvieron presentes, además, en la misa oficina a partir de las once de la mañana, el director de Patrimonio Monumental, Manuel Delmonte Urraca; Luis de León y otros subsecretarios de Educación; así como el director del Jardín Botánico, Milcíades Mejía, oficiales militares y miembros del cuerpo de bomberos.

Pidió monseñor Escapa a los dominicanos que dejen de morderse y querer siempre encontrar un culpable de los problemas que lo afectan y que en cambio busquen la forma de encontrar la libertad sana y auténtica de los hijos de Dios.

“¡Dominicanos!”, exhortó monseñor Escapa, “demos señales de que tenemos cosas muy buenas, de que no las podemos seguir enterrando, tenemos que sacarlas a flote si queremos una sociedad más justa, más honesta, más coherente entre lo que decimos y entre lo que hacemos.”

María de las Mercedes, dijo, guiará de las manos hasta su hijo Jesús y concederá todo lo que le pidan a quienes lo hagan de corazón con el compromiso firme de llevar a la práctica el mensaje cristiano de sinceridad, verdad, justicia y mucho amor.

Rechazó que la gente sólo se fije en lo malo, aunque ciertamente lo hay, olvidando fijarse en las cosas buenas que se tienen y pueden desarrollar. Sostuvo que el dominicano es bueno aunque haya quienes se dejan arrastrar por el mal.

Cree que es tiempo de comenzar a mirar la sociedad desde el punto de vista positivo, buscando lo que se puede hacer por la patria, en la sociedad, en el colegio, la familia, los hermanos que se cruzan en el camino, en vez de querer siempre echarle la culpa a los demás.

Escapa pidió a los ciudadanos hacer un examen de conciencia frente para determinar la culpa que se tiene frente a los males que lo rodean, entendiendo que todos son ciudadanos de un pueblo, hijo de la misma tierra, la que deben mirar como algo que se tiene que cuidar.

Pidió a los creyentes que en las fiestas de los Santos se le pida al Señor conceder las virtudes meditadas y que se mire a la virgen María no bajo todas esas prorrogativas concedidas por ser elegida madre de Dios y nacer inmaculada, sino con un sentido humano, de cercanía, para que al fijarse en ella, se puedan imitar sus ejemplos para tratar de hacerlos realidad.

Monseñor Escapa dijo que en los medios de comunicación lo primero que se perciben son las malas noticias, cuando Dios siempre da buenas noticias.

Se refirió al profeta Jeremías que habló de hacer romper el yugo y hacer saltar las correas, refiriéndose al rescate y la liberación que da el Señor en todo momento.

Asimismo, citó la carta del apóstol San Pablo refiriéndose a la libertar del Mesías y aconsejó mantenerse firme sin dejarse atar de nuevo al yugo de la esclavitud.

Repudió que la gente se queja de todo lo que pasa y se quiera buscar siempre un “chivo expiatorio”.

Lamentó que pocas veces el individuo se mire para ver su culpa en esta vida de sociedad, en la que se tiene que vivir y realizar con nuestros actos. Cree que la gente debe hacer un alto para ver “qué culpa tenemos”

La iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, en la calle Las Mercedes en la zona colonial, estuvo abarrotada de fieles.