La sociedad requiere un sacudimiento moral Ejemplarizador

La sociedad requiere un sacudimiento moral Ejemplarizador

Mucha gente que habla y escribe se alarma por lo que ocurre en los organismos del Estado y la sociedad, donde a diario  y de formas diferentes  se manifiestan actos bochornosos. Acciones que estremecen más en los medios que en las conciencias, porque la mayoría de las veces se escurren  las causas principales de esos males  que nos aquejan en casi todos los órdenes y que poco a poco van desmoronando la sociedad. Me refiero al abandono y olvido de los principios de la ética y la moral. 

Se dice y se critica,  pero  se hace muy poco desde todas las instituciones, públicas como privadas. Más bien  parece que nos encaminamos aceleradamente, a una loca carrera en la que los principios que forman el conjunto de normas por la que debería conducirse  el accionar público, se dejan a un lado y se cambian por mecanismos rápidos y “eficientes” para hacer dinero, no importa cuáles métodos se utilicen.

Pero la culpa no es solo de un sector, podría decirse de todos. Comenzando por los políticos tanto de oposición como del gobierno, de ahora como de antes, de  unos más que de otros, pero en fin de todos,  porque lamentablemente en nombre de un  poner los pies en la tierra, de un pragmatismo populista o de una gobernabilidad, han permitido que acciones dolosas en su momento, se queden en silencio y sin castigo.

Se ha permitido reivindicar sin penitencia a quienes comenzaron a dar los peores ejemplos de comportamiento político,  conductual, administrativo y  moral, desde el inicio mismo del proceso democrático hasta hoy.

 Se aplicó la estrategia de  amasar dinero para tener la oportunidad de injertarse nuevamente en la sociedad por cualquier vía  y volver no solo a cometer acciones similares o peores, sino a servirles de guía a los que han tenido y tienen el control y dirección de la cosa pública e incluso privada.

Pero la culpa no es solo de los políticos que  tienen que arar con los bueyes con que cuentan, entre los cuales lamentablemente se entremezclan los que se reciclan y aún siendo jabón, se les permite participar en el “sancocho”, que no es solo su cocinado, porque a fin de cuentas todos tenemos que comerlo,  sino los demás protagonistas de los diferentes sectores que componen el quehacer nacional, entre los que se encuentran los comerciantes, empresarios, religiosos y sociedad civil y no menciono los militares, porque ya son tanto públicos como privados.

Todos, absolutamente todos han sido permisivos, complacientes y en ocasiones tolerantes con los que a base de engaño, robo, bellaquerías y contubernio han logrado amasar riquezas, comprar posiciones en la sociedad, embarrar los partidos y otras instituciones que se suponen civiles o de orden moral, todos porque han contado con padrinos con los cuales hicieron y hacen negocios complacientes, quitándole al pueblo lo que le pertenece, para escalar los peldaños de una sociedad que para lograr superación en el orden moral, tendrá que sufrir un sacudimiento ejemplarizador.

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