La solidaridad debe estar libre de impuestos

La solidaridad debe estar libre de impuestos

Desde el año 2008, cuando la crisis Subprime sacudió Estados Unidos y tambaleó la economía mundial, las remesas que llegaban al país y que significan una buena proporción de nuestros ingresos, se redujeron y muchas familias residentes en ese país cambió en parte el envío de dinero por especies.
Muchas familias de aquí les pedían a sus familias de allá, que les enviara comida, ya que le resultaba factible debido a que rendía más que el dinero líquido. También se incrementó el envío de alimentos por la crisis de los cereales entre 2010 y 2011.
Así comenzaron a llegar cajas con alimentos, porque todavía en Estados Unidos la comida es más barata que aquí por diferentes factores, entre ellos los subsidios que otorga el gobierno de ese país a sus productores.
El envío de cajas con alimentos vino a contribuir con la seguridad alimentaria de muchas familias de clase baja y media, porque se amortigua bastante la inversión en alimentos en un país donde el salario mínimo no cubre el costo de la canasta alimenticia, según las propias estadísticas del Banco Central.
Las familias que envían alimentos hacen un gran sacrificio para hacerse solidarios con sus hermanos y primos de aquí, si tomamos en cuenta que el ingreso mínimo de un trabajador en Estados Unidos ronda los 300 dólares a la semana.
Actualmente en Estados Unidos la hora de laboral cuesta 7.75 dólares, por lo que es un esfuerzo el que realizan la mayoría de nuestros familiares quienes deben pagar además el costo del flete del envío de una caja conteniendo productos alimenticios.
Una caja de las que llegan trae generalmente aceite, cereales, productos enlatados, pastas y condimentos.
En estos días ha habido denuncias de beneficiarios en el sentido de que se está cobrando por el ingreso de cajas con alimentos lo que ha creado ruido porque nunca se había cobrado porque las autoridades fueron flexibles al no interferir con esa práctica.
Es importante entender que no solo nosotros recibimos cajas con alimentos, es una práctica de todos los países de la región que tienen en Estados Unidos grandes grupos de inmigrantes, como es el caso de El Salvador, Guatemala, Honduras y Colombia, entre otros.
Creo que la solidaridad no debe gravarse y en este caso implica la comida de muchas personas y simplemente con la comida no se juega. Es un derecho humano y más en un país donde todavía hay déficit en la seguridad alimentaria.

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